Hola,
Hace una semana me pidieron un pequeño cuento para publicar en el blog "Echa polvo. Cómprate un disco" de DavidSara. Este es el resultado:
Debió ser hace más de treinta años, en un mes de julio, cuando, sorprendida por una violenta tormenta de verano me refugié en la primera tienda que encontré. Por aquel entonces yo debía tener venticuatro años pues recuerdo que había terminado mis estudios y que, ante la dificultad para encontrar trabajo, había decidido adelantar mis vacaciones al mes de julio con el fin de poner en orden mi cabeza. En aquella época yo solía pasar las vacaciones en la casa que mis abuelos tenían en Aix en Provence, pues esa era la mejor forma de poner tierra de por medio con mi madre, a quien yo consideraba una déspota y con la que me era imposible mantener una conversación que no terminara en gritos.
Aunque cada vez eran más los que preferían las modernas casettes a los clásicos vinilos yo seguía prefiriendo estos últimos, y no solo porque sonaran mejor, sino porque me gustaba observar las fotografías de las cubiertas y porque, además, en muchos casos venían impresas las letras de las canciones con lo que aprendértelas y cantarlas resultaba más sencillo. Aquella era la mayor de las dos tiendas de discos de Aix en Provence y era, sin duda, la que mejor surtida estaba. A mi me gustaba rebuscar en la sección de música francesa pues, viniendo desde España era la que me resultaba más desconocida. Los discos estaban ordenados alfabéticamente según el nombre de los artistas y yo debía de estar en la T porque me encontré en las manos con una grabación de Charles Trenet en el Olympia. El Olympia era un teatro mítico de París y aquello parecía ser un disco grabado en directo en 1975. Fue en ese momento cuando me fijé por primera vez en la dependienta de la tienda. Debía tener mi edad, alrededor de venticuatro, y los tacones hacían que pareciera un poquito más alta que yo. Era rubia y llevaba un flequillo que le daba un aspecto muy divertido. Al sentirse observaba me sonrió y me dió las buenas tardes. Yo hice lo mismo.
Al fondo de la tienda había dos cabinas en las que podías encerrarte para escuchar un disco y decidir así si te gustaba lo que estabas oyendo y si te lo comprabas o no. Me acerqué a la dependienta con el disco de Charles Trenet en la mano y pregunté en mi balbuceante francés si podía escucharlo. Me dijo me que dirigiera a la cabina número uno. Tras una puerta transparente por el cristal había una pequeña banquetita en la que sentarse y unos cascos que salían de la pared y por los que se podía escuchar la música. Me senté, me puse los auriculares y al comenzar la primera canción le guiñé un ojo a la dependienta en señal de conformidad.
El tal Charles Trenet empezó a cantar melodías de postguerra pero lo que en realidad se escuchaba en mi cabeza era mi propia voz diciéndome lo buena que estaba aquella dependienta (aunque esta era una expresión que no se utilizaba por aquel entonces). Luego llegó la segunda canción titulada "Samedi soir usage". Yo no podía apartar mis ojos de ella y cuando ella se daba cuenta, agachaba su mirada defensivamente. En la tercera y cuarta canción atendió una llamada de teléfono. Jugaba con el cable enredándolo en sus dedos mientras me daba la espalda. No llevaba ni diez minutos en la tienda y ya me sentía completamente enamorada de aquella desconocida.
Uno detrás de otro fueron cayendo los quince temas que conformaban el álbum. De vez en cuando se volvía hacia mí y gesticulaba preguntándome si todo estaba correcto. Yo le mostraba la mejor de mis sonrisas y movía los labios diciendo "super", en silencio.
Se llamaba Bernadette, era heterosexual y tenía un novio llamado Gilles, que fumaba Gitanes, a quien yo llegué a odiar. Fue la responsable de que aquel verano, sentada en la banquetita de la cabina número uno, me escuchara toda la discografía de Charles Trenet. Solo conseguí arrancarla un beso después de desnudar mis sentimientos. Hoy, recurro de nuevo a Charles Trenet, con la esperanza de que más que un beso, lo que me permita es arrancarle toda la ropa a una colaboracionista de este blog llamada Sandra Uve.
Besos.
Beta
28 comentarios:
Escribís lindo.
Charles Trenet... qué recuerdos.
Genial!
Si eso pasó de verdad eres afortunada o bien por poder recordarlo así o bien porque de verdad ocurrió...
Sinceramente me parece que escribes muy bien. A veces me he reido mucho y otras...bueno otras veces....
En fin, un saludo muy fuerte!
Ay, toda una vida desnudando sentimientos, desnudando desnudeces, sintiendo desnuda... tanto más da que al calor de Charles Trenet, de Aznavour o de Henri Salvador... vinilos y nostalgia!
Magnífico relato! Magnífico Trenet! ;-)
GENIAL!!!, mmm, Paris, 1975,la dependienta de la tienda de discos también me ha gustado a mí.MIL BESOS
Qué decir... me ha encantado!!! Creo que por unos momentos yo también me he enamorado de la vendedora de discos... Ainsss! Bsos!
un par de discos más de trenet y la dependienta es tuya jejeje
me ha gustado el cuento.
cuidate! un beso
¿Quién es Sandra Uve?
Cucala, Sandra Uve es una que salía en Cuatrosfera hablando de sexo.
qué grande eres beta coño!
Me ha gustado mucho el cuento, otra faceta más que puede explorar.
Ke pasa Beta no van bien las cosas con la piva?? o tienes alguna otra distracción??. Las últimas entradas no tienen la fuerza de antaño :s
Un saludo wapa.
Sandra V es dios.
Y eso es mucho más que "salir hablando de sexo en Cuatrosfera".
Es una gran directora de cine x, escritora, creo recordar, y una gran ilustradora (la historieta para el libro-cómic "Mentiroso, mentiroso" de Iván Ferreiro, entre otras, da buena cuenta de ello)
;)
Me parece impresionante que post a post, desde que te leo, vaya descubriendo coincidencias no tan usuales. Charles Trenet...pues yo tengo ese disco. Qué bueno! y qué buena historia. Felicidades Beta. Ah! y también comulgo con bellaluna y Henri Salvador (gran pérdida)
Esto mas que un cuento.. suena a realismo vivido... quizas si le quitas la primera frase.... se pueda enfocar como algo que te ha occurrido relamente no hace mucho
Es triste el desengaño... pero que bueno es recordar aquellos eventos con cariño.
La próxima, escucha más discos... o apura el trámite ;)
Me gustó el relato.
Demasiada cursiva, Beta. Imposible de leer. Me mareo. No lo vuelvas a hacer...
A mí me ha encantado
Quien coño es Charles Trenet?
bello relato..encantada..besos
Repites nueve veces el pronombre yo. En siete de ellas no es necesario. Mirátelo.
Me ha encantado.
Aromático, ¿pasó de verdad? las fechas no me encajan. Gracias por tus elogios.
Más claro, yo decubrí a Trenet en la banda sonora de una película de Truffaut. Parece un tipo entrañable.
Madrileña, no veas lo buena que estaba ;)
Perdida, qué fáciles somos.
Marina, me alegro de que te haya gustado. No estoy del todo insatisfecha con él.
Cucala, Sandra es una tia muy peculiar, morbosa, deshinibida y culta pero lo que se de ella es todo por referencias. Nunca me he topado con ella :(
Camiseta, no sabía que había ilustrado el disco de Iván. Desde luego es otro motivo para comprarlo.
Carlinhos, ¿tienes ese disco? Ya es casualidad.
Bowner, ¿tú crees que es vivido?
Intenso, a mí me parece que debe ir en cursiva. Es posible que lo vuelva a hacer :S
Anónimo (que preguntas por Trenet), busca en youtube.
Anónimo (que me precede), eres muy observador pero no pienso psicoanalizarme por los "yo".
Como siempre, haz lo que quieras, o lo que debas. Besos guapa.
Beta, a cambio del placer de tu lectura, te voy a hacer un regalo. Entra aquí a ver qué te parece:
http://www.elboomeran.com/blog/13/jorge-eduardo-benavides/
Es un taller literario. Yo lo he descubierto no hace mucho y me está gustando. Además de buenos consejos para la gente que nos gusta escribir (¡te devuelven los textos corregidos!), ES GRATIS. Increíble.
Pues si
Que sepas que hace 30 años, cuando yo contaba con unos 12 (por lo que hablo con conocimiento de causa) expresiones como "tía buena" "que buena estás" o "estás buenísima" las utilizábamos a todas horas.
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