lunes, 29 de diciembre de 2008

La importancia de llamarse Ray

Hola,

Es la una de la tarde. Estoy en la cama, acabo de despertarme. Apenas puedo abrir los ojos. En la mesita de noche hay un cenicero lleno de colillas, un ejemplar de "A este lado del paraíso" de Scott Fitzgerald y un condón usado. Tengo la boca pastosa. Me levanto y camino a tientas hasta el baño. Mis ojos tratan de evitar la luz que se cuela por la ventana. Me planto ante el espejo y... ¡¡¡Horror, soy Ray Loriga!!!

No puede ser. Me palpo la cara. Tengo barba de una semana y el pelo grasiento. Además me apesta el aliento. Salgo del baño atolondrada (¿atolondrado?) y corro hasta el dormitorio. Allí está ella: es Eugenia Silva. Duerme bocarriba, con una camiseta de la Feria del Libro de Guadalajara 2004, y desnuda de cintura para abajo. Lo lleva rasurado pero no es el momento de detenerse en esos detalles. ¿Qué me ha pasado?

Es mediodía. Estoy frente a una cerveza y un plato de aceitunas en un bar de Antón Martín. Sigo sin explicarme qué es lo que me ha pasado. Fumo (¡pero si yo no fumo!). Saco un cuaderno de notas. ¿Un cuaderno de notas? Tampoco he llevado nunca un cuaderno de notas en el bolsillo. En la primera página hay garabatos. En la segunda un coño dibujado a boli con una leyenda que dice: "Vulva". No recuerdo haber dibujado nada así del mismo modo que no recuerdo haber llamado nunca vulva a un coño. Unas páginas mas allá el fragmento de un poema de Santa Teresa. Sé que es de Santa Teresa porque debajo del poema aparece escrito: "fragmento de un poema de Santa Teresa". Después tres autorretratos inacabados. Me quedo observándolos. En uno pone la palabra "fe". En otro la palabra "ausencia". En otro "pánico". Pienso que soy un pedante. Pienso que molo.

Dos quinceañeras me observan desde la mesa de al lado. Me han reconocido. Miran constantemente un ejemplar del dominical de El País. Luego se susurran al oído y ríen nerviosamente poniéndose la mano delante de la boca. Finalmente una se acerca hasta mí y me pide que le autografíe el ejemplar de El País. Salgo posando con Rosario Flores. No me acordaba de que era hoy cuando publicarían el reportaje. El esmoquin me queda que ni pintado. ¿Quién ha dicho que no se puede ser guapo e intelectual al mismo tiempo? Firmo sobre mi foto, la chica se aleja orgullosa y a mi se me pone dura.

En el plato de aceitunas solo quedan huesos. Me entretengo repasando la agenda del móvil. Me gusta hacerlo. Me gusta comprobar cuánta gente tengo al alcance de la mano. Uno de los primeros en aparecer es Almodovar. Figura en la "A" aunque, en realidad, debería estar en la "P" de Pedro. Yo siempre le llamo Pedro. Lo mismo me pasa con Paz, con Paz Vega. Aparece en la "V" aunque debería estar en la "P". Me siento importante por tener sus móviles. También tengo los teléfonos de Javier Rioyo y de Juan Cruz. Si no tienes sus móviles no eres nadie en el mundo de las letras de este país. Yo sí lo soy. Me amo.

(...)

Estragos navideños.

Besos.

Beta

lunes, 22 de diciembre de 2008

Veinte orgasmos

Hola,

Todo está oscuro. Detrás del escenario hay un par de máquinas que llenan el patio de La Casa Encendida de humo. Las guitarras, los micros, la batería, el bajo y los tambores esperan, bajo esferas luminosas, que aparezcan los de Vetusta. Finalmente lo hacen y cantan "Autocrítica".

Voy a mezclar flashes con alcohol,
restos de sal, y altas dosis de ficción.

Tengo la fe, tengo la intuición,
tengo el viejo trono de un rey
y ahora solo soy bufón.

Y un espejo roto en la pared
descompone en mil pedazos
la piel, donde escondí
todo aquel calor.

Y la actriz sabe bien lo que hacer,
se desnuda y entiende quién fue
hoy la puta se viste y...

Voy a pensar
que todo va bien,
que el veneno es la luz
y la sombra mi caché.

Y aún así la farsa huele a miel,
mezclo el néctar con el aguijón
y huye de ti, y no se enhebró
ya he conseguido el papel.

Y la actriz se lo vuelve a creer
se desnuda y entiende quién fue,
hoy la puta se viste de rey.

Y la actriz hace bien su papel,
hoy la puta se viste de rey,
hoy la puta se viste de rey,
y nadie le cree, nadie se lo cree.




Me olvido de las mierdas y comienza el exorcismo. No puedo parar de dar botes y de corear cada una de las canciones. Pucho, el cantante, agradece ese momento de "felicidad absoluta", que es la misma que siento yo. Me pregunto cuál es el extraño mecanismo que se activa en mi y que hace que gritar desafinadamente la letra de una canción pueda convertirse en un acto tan placentero. Estoy sudada. Los orgasmos se suceden uno detrás de otro. Amo a todo el mundo, amo al universo. Compadezco a quienes se han quedado fuera.

Besos.

Beta

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Asesina a sueldo

Hola,

Me han encargado un asesinato. Solo sé que la víctima es la ex de una amiga mía pero cuanto menos sepa de ella mejor: soy una profesional. Mi objetivo en la vida es ser como el asesino a sueldo, con un aire entre Louis Farrakhan y Malcom X, que sale en "The Wire" (por cierto, quien no haya visto "The Wire" se está perdiendo una serie casi mítica).

Concierto una cita con mi víctima. Quiero que sea algo limpio, es mi primer asesinato y no me gustaría que me colgaran la etiqueta de "carnicera". He pensado que lo haré estrangulándola, como cuando en "El Padrino" Michael ordena cargarse al hijoputa de su cuñado Carlo, al que estrangulan desde el asiento de atrás del coche mientras el patalea como un pavo en navidad.

Estoy con mi víctima. Ella piensa que soy una vendedora de seguros (es lo primero que se me ha ocurrido). De repente saco un alambre del bolsillo y me abalanzo sobre su cuello intentando estrangularla. La muy puta se revuelve y se resiste. Quizás lo del estrangulamiento no haya sido buena opción. Nos enzarzamos. Rodamos por el suelo. Pienso en la cantidad de pajilleros que pagarían por ver la escena, con nosotras dos desnudas sobre un montón de barro. Gracias a mi mayor envergadura termino encima de ella, sentada sobre su abdomen. Evito sus zarpazos con habilidad gatuna mientras sujeto su cabeza contra el suelo.

- Vas a morir, le digo.
- Pero, ¿quién eres? -balbucea-. No vuelvo a contratar un seguro con vosotros, vuestros métodos no me gustan.
- Tranquila, no vas a necesitar más seguros.

Me golpea en las tetas como una loca poseída por el diablo. Afortunadamente mis brazos son más largos que los suyos y los puñetazos que me lanza a la cara no llegan a su destino. Golpeo su cabeza contra el suelo. Una vez. Dos veces. Otra más. Su resistencia es cada vez menor. Yo continúo estampándole la cabeza contra el suelo sin parar hasta que la sangre comienza a brotar de sus oídos. Sus brazos caen a plomo y, un segundo después, las convulsiones finales. Ya está. Tengo las manos llenas de sangre. Soy una puta novata.


Arrastro el cadáver dejando un rastro de sangre hasta el maletero de mi coche. Luego recorro cuatrocientos kilómetros en busca de unos altos hornos. Cuando los encuentro, subo las escaleras hasta la boca de una cubeta en cuyo interior el hierro se funde como en un volcán. El ruido de la cabeza de mi víctima rebotando en cada uno de los peldaños me pone nerviosa. Arrojo el cuerpo al hierro fundido y misión cumplida.

Vale, me habéis pillado, lo de la foto no es sangre sino salsa boloñesa. Pero me ha quedado gracioso.

Mi próximo objetivo es un vejete del que me han hablado que viaja en trineo y va vestido de rojo.

Besos.

Beta

domingo, 14 de diciembre de 2008

Conversación en la catedral

Hola,

Hace ya muchos meses que maté al bellotari. Se lo merecía. También se lo merecen estas tres pájarracas que conversan animadas a las puertas de una catedral.




Opiniones. ¿Les damos una oportunidad o las ejecutamos antes de haber nacido? ¡¡Viva el aborto libre!!

Besos.

Beta

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Paredes rojas

Hola,

He pintado las paredes del hall de rojo y... a la mierda el casero. Cuando me pregunte, le diré que fue un impulso que no pude controlar, que mis manos se movían solas llevadas por unas brochas con alma de poltergeist. Estaba cansada del blanco y de la meditación. Ahora prefiero el rojo porque hace que me entren ganas de embestir.

Supongo que necesito cambiar algunas cosas. Reordenarme. Ultimamente escribo posts que no quiero publicar. Los escribo, los releo y cuando debería darle al botón de "publicar" me lo pienso mejor y me guardo para mí cuanto iba a decir. Puede que esté cambiando. Puede que esté cansada.

Besos

Beta

jueves, 4 de diciembre de 2008

Minipimer

Hola,

Hace apenas dos meses estaba en Tokyo hipnotizada por los japoneses y sujetando un par de palillos entre los dedos. Ahora estoy metida en una minipimer medicoemocional que me desasosiega. No me gustan las condolencias, me puedo pasar el resto de la vida a oscuras, metida en una celda. No me da miedo. Puedo pelear sola con los fantasmas que airean sus sábanas en mi cabeza. No te necesito. No necesito a nadie ni necesito nada. Nadie puede vencerme. Solo yo misma.

No soy un poster, ni una fotografía, ni un texto, ni una ayuda para que por las mañanas te sientas un poco mejor. No soy el oasis de tus aburrimientos. Desprecio a quienes se hacen despreciar y amo a quienes se hacen amar pero puedo hacerme la valiente y vivir sin sentimientos.



Tras de mi, una escena
y diez mil frases que repetir.
Ya ves, lo que es, no es.

Yo no voy a contar lo mejor,
a ocultar lo peor,
me pongo el mejor chaqué.

No digo lo que digo,
hago lo que no hago
al revés, al revés porque
ser valiente no es solo cuestión de suerte.

A veces no soy yo,
busco un disfraz mejor
bailando hasta el apagón
disculpad mi osadía.

Tu también tienes que ver
que nunca tengo mi papel.
Nube gris riega todo el jardín,
todo el jardín,
todas las flores que no probé.

No olvido los sueños, vuelvo a lo que no acabo.
No perdí, no perdí, porque
ser valiente no es solo cuestión de verte.

A veces no soy yo
busco un disfraz mejor

bailando hasta le apagón
disculpad mi osadía.

Pensad que ya no estoy,
que el eco no es mi voz
mejor aplaude y vámonos
¡¡¡que termine esta función!!!.

Deme la voz, deme la voz, deme la voz.
Apuntador: deme la voz, deme la voz.
Apuntador: deme la voz, deme la voz.
Apuntador: deme la voz, deme la voz.
Apuntadordemelavoz,demelavoz,demelavoz,demelavoz,demelavoz
la voz.

(Con Pucho nunca finjo los orgasmos)


Besos.

Beta

lunes, 1 de diciembre de 2008

Post sin título

Hola,

Salgo del hospital sin demasiadas ganas de nada. No recuerdo haber sufrido tantas arcadas seguidas desde que Acebes trató de convencerme de que quienes hicieron volar los vagones fueron vascos descerebrados y no su mala conciencia. No me apetece escribir pero me obligo a hacerlo y entonces hablo de gargantas profundas y de pollas como estacas. Hasta aquí es historia conocida.

De repente me aparece en facebook un tío llamado Ramiro Lapiedra. No se si es director de cine porno, actor porno, o simplemente un pobre infeliz gobernado por una polla priapítica (o todo al mismo tiempo). Los tíos son así, te escuchan hablar de sexo y se bajan la bragueta. Nunca sabes quién está mirando cuando escribes y nunca sabes qué consecuencia tendrá lo que dices. A veces siento que estoy demasiado expuesta, que vivo en el barrio rojo y que me pago un escaparate frente al que me desnudo dos veces por semana. Nadie me manda hacerlo pero lo hago. Nadie me obliga menos yo. Y entonces algunos pasan por delante, y se la sacan mientras me observan, y se corren sobre el cristal. Y eso es el blog.

Lo bueno es que no cobro así que nadie me puede pedir que haga demasiadas virguerías. Hay días en los que una se siente especialmente torpe y puede que hoy sea uno de ellos.


Besos

Beta