martes, 28 de octubre de 2008

Pesadilla

Hola,

Hago un paréntesis en los posts sobre Japón porque he tenido un sueño, un sueño terrible. Las cosas sucedían así:

4 de Noviembre de 2008: Estados Unidos elige nuevo presidente. Salta la sorpresa y el republicano John McCain es elegido cuadragésimo cuarto presidente del país, en una disputada elección y gracias a los tres delegados del estado de Montana.

5 de Noviembre de 2008: La secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, pide la dimisión del presidente Zapatero al considerarle responsable de la derrota del demócrata Barack Obama.

15 de Noviembre de 2008
: Barack Obama abraza el islamismo y se retira a Pakistán tras separarse de su mujer Michelle.

20 de Enero de 2009: John McCain jura su cargo y anuncia el traslado de la capital federal a Helena (capital de Montana) como premio a la fidelidad de sus votantes.

30 de Enero de 2009: Sarah Palin se reúne con el expresidente español Jose María Aznar en Anchorage (Alaska). Ambos dirigentes califican su reunión como "muy productiva y cordial". Tras un tradicional almuerzo a base de reno ahumado, Palin invita al expresidente español a una cacería de osos polares.

26 de Febrero de 2009
: Las bolsas vuelven a batir un nuevo récord en su caída. El Ibex 35, siguiendo al resto de indicadores bursátiles, pierde la barrera psicológica de los 6000 puntos.

3 de Abril de 2009: El presidente norteamericano John McCain sufre un ataque al corazón. Aunque los médicos evitan pronunciarse, se extiende el rumor de que el infarto sobrevino después de que McCain se tomara dos viagras en una loca noche de pasión con su esposa Cindy.

5 de Abril de 2009
: Tras un súbito agravamiento de su estado el presidente McCain fallece.

6 de Abril de 2009: María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, pide la dimisión del presidente Jose Luis Rodriguez Zapatero por considerarle responsable de la muerte de McCain.

7 de Abril de 2009
: Sarah Palin jura su cargo y se convierte en cuadragésimo quinto presidente de los Estados Unidos. Anuncia el traslado de la capital federal a Juneau (capital de Alaska), así como su inminente operación de cambio de sexo ya que -según sus propias palabras- está en contra de que una mujer sea presidente de los Estados Unidos.

8 de Abril de 2009
: Los 25.000 habitantes de Helena se lanzan a la calle, como un único hombre, a manifestarse por la decisión de Palin de privarles de su recién adquirida capitalidad.

12 de Abril de 2009: Sarah Palin comparece ante los medios de comunicación tras su operación de cambio de sexo. En la rueda de prensa muestra fotografías del pene que le ha sido implantado (19 centímetros) que, según fuentes oficiales, proveniene de un donante anónimo de la República Dominicana. Asímismo Palin anuncia que, desde ese momento, adoptará para sí el nombre de Archibal.

15 de Abril de 2009: El presidente de Microsoft, Bill Gates, anuncia la quiebra de su empresa. Con gesto sosegado, Gates pide tranquilidad a todo el mundo y comunica que ya ha comenzado a mandar su currículum a algunas empresas. La de microsoft es la última de una cadena de quiebras que se había iniciado una semana antes con el cierre de General Motors y McDonalds.

25 de Mayo de 2009: Ante el deterioro de la situación económica el presidente Archibald Palin reúne al G8 que, desde ese momento, pasará a ser conocido como el G6 ya que la presencia de Francia y de Rusia ha sido vetada por el gobierno norteamericano.

26 de Mayo de 2009
: María Dolores de Cospedal pide la dimisión de Zapatero por la exclusión de Francia del G8 y la no inclusión de España en el mismo.

27 de Mayo de 2009: El presidente francés Nicolás Sarkozy anuncia un boicot a los productos procedentes de Estados Unidos y su mujer, Carla Bruni, se encadena ante las puertas de la fabrica de galletas Oreo situada en Limoges (Francia).

28 de Mayo de 2009: Fallece Fidel Castro.

11 de Julio de 2009: En una operación sorpresa el ejército norteamericano bombardea Seúl. El presidente Archibald Palin comparece ante los medios de comunicación y acusa a Corea de pertenecer al eje del mal y estar preparando un ataque global contra los Estados Unidos. Los ciudadanos de Corea del Norte se lanzan a la calle a celebrar eufóricos el ataque estadounidense contra sus vecinos del sur.

12 de Julio de 2009
: El presidente Archibald Palin cesa a su secretario de estado y nombra a Henry Kissinger como su sustituto. El ejército norteamericano inicia los bombardeos sobre Corea del Norte. Las celebraciones en ese país cesan de inmediato.

13 de Julio de 2009: El expresidente español Jose María Aznar secunda la ofensiva militar norteamericana y pide que se extienda a países como Venezuela, Bolivia, Cuba, Argentina, Ecuador, Nicaragua y Honduras.

14 de Julio de 2009: Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, se afeita publicamente el bigote como respuesta a las declaraciones de Aznar. El expresidente español es declarado "persona non grata" en los siete países a los que se refirió en su comparecencia del día anterior. También es declarado "persona non grata" en la localidad irlandesa de Kilkenny, aunque los motivos de tal decisión no se hacen públicos.

18 de Julio: El presidente Palin es recibido en audiencia en El Vaticano. Tras dos horas de reunión Palin y Benedicto XVI rezan juntos por la paz en el mundo.

18 de Julio de 2009 (por la tarde): Estados Unidos inicia una ofensiva militar contra Bolivia derrocando en pocas horas al presidente Evo Morales, que huye a las montañas. El papa y el presidente estadounidense se congratulan, en rueda de prensa, por el éxito de la operación.

19 de Julio de 2009
: Telecinco retira de su programación el Programa de Ana Rosa por su escasa audiencia.

25 de Julio de 2009: La hija embarazada del presidente Palin da a luz a un hijo varón que nace con dos cabezas y sin aparato reproductor alguno.

6 de Agosto de 2009
: La revista Hola publica las fotos robadas de la Duquesa de Alba en top less con su nuevo acompañante, el presidente Archibal Palin. En las instantáneas se ve a la duquesa practicando windsurf y en actitud cariñosa con su acompañante. Los protagonistas de la noticia no tienen más remedio que reunir a la prensa y comunicar que "viven el momento más feliz de sus vidas y no descartan la posibilidad de contraer matrimonio en la catedral de la Almudena". Palin anuncia además que, dada su nueva relación con una ciudadana española, tiene previsto reunirse con su viejo amigo "el presidente español Jose Antonio Rodriguez Zapatero" para normalizar las relaciones diplomáticas entre ambos países.

7 de Agosto de 2009: La secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, dimite de todos sus cargos en la dirección del partido.

Besos.

Beta

lunes, 27 de octubre de 2008

Una japonesa dentro de mi

Hola,

Llevo varios días intentando escribir un post sobre lo extraños que nos resultan los japoneses cuando viajan al extranjero. Empiezo a escribir y no paso del primer párrafo porque no me gusta el resultado de lo que escribo. Trato de contar lo sorprendente que me resulta esa actitud suya de contemplar el mundo a través de una cámara fotográfica y el aire de superioridad idiota que, en ocasiones, adoptamos cuando vemos como, en un museo por ejemplo, en vez de disfrutar observando los cuadros lo que hacen es capturarlos con sus cámaras como si de ávidos cazadores se tratase.

Llevo varios días intentando contar que ahora les entiendo mucho mejor porque he descubierto que soy como ellos. El otro día noté que un par da japoneses me miraban sorprendidos después de que hiciera esta fotografía.


Al igual que esta otra, está tomada en el mercado de pescado de Tokyo.

De repente, me sentí como una japonesa en el extranjero fotografiando nimiedades y entendí que lo hacía porque me encuentro en un páis que me sorprende a cada paso y hace que me sienta un poco marciana.

Otro ejemplo: Japón es una feria ambulante. Los japoneses viven instalados en la cultura del feriante vocero. Entras en unos grandes almacenes, en esas pastelerías que más parecerían joyerías por la delicadeza con que son capaces de envolver un simple pastelito, y te llama la atención que todo el mundo grita. Yo no entiendo lo que dicen pero me imagino que será algo así como "mochis a trescientos yenes oiga, me los quitan de las manos, me los quitan de las manos, a trescientos yenes el pastelito individual y si se lleva la caja de seis a mil quinientos". Y esto, lo mismo lo hacen en el interior de unos grandes almacenes que en las calles de Shibuya o Akihabara megáfono en mano.

En resumen, que cuando me sorprendo cámara en mano retratando cosas que a ellos les parecerán normales pero que a mí me resultan de lo más llamativas me digo a mí misma: no importa Beta, haz fotos y no te cortes, como si fueras una japonesa en Madrid.

Besos.

Beta

martes, 21 de octubre de 2008

Taxis en Kyoto

Hola,

Uno.

Supongo que vivir en Madrid me ha hecho aprender que el mundo lo conforman los buenos y los malos. Buenos son los malos estudiantes, las putas, los cantantes sin éxito, los actores en paro, los periodistas sin sueldo, los borrachos, los tímidos, aquellos que han sido abandonados por sus parejas, los miedosos, los camellos a tiempo parcial, los que chupan banquillo, los que chupan otras cosas.

Malos son los porteros de discoteca, los periodistas a sueldo y, sobre todo, los taxistas.

En Kyoto he cogido dos taxis, no me quedaba otra si quería ir de la estación al apartamento y del apartamento a la estación. Me habían dicho que el trayecto debería costarme alrededor de mil quinientos yenes. En el viaje de ida pagué mil trescientos veinte. En el de vuelta mil cuatrocientos cincuenta. Podría esforzarme por no parecer turista pero, cuando viajas a un país donde todo el mundo tiene los ojos rasgados, ese es un objetivo bastante inútil. Llego a una estación, sola, sin hablar una palabra de japonés y señalo una calle en un plano. Soy un corderito. Cualquier buen taxista español me daría una vuelta por las afueras, luego otra por los adentros, luego otra vez por las afueras y, finalmente, me cobraría siete mil yenes. Cualquier buen taxista español llevaría sintonizada la COPE, me daría una conversación que no le he pedido, como para confraternizar, me miraría reiteradamente por el retrovisor y, en el peor de los casos, mancharía el salpicadero aliviándose una vez que yo me hubiera bajado (que levante la mano el taxista que no se haya hecho una paja en el taxi).

Aquí los taxistas son otra cosa. Los hay con gorra de plato y los hay con guantes blancos. Tienen un dispositivo que hace que la puerta se te abra automáticamente y, cuando llevas equipaje, son ellos mismos quienes te la abren y te la cierran como si fueras la mismísima emperatriz. Además, indefectiblemente, llevan los reposacabezas cubiertos por unos mantelitos de ganchillo de lo más kitsch, que posiblemente hayan heredado de sus abuelas.


El trayecto de mi primer taxi de Kyoto lo pasé temerosa ya que unicamente llevaba billetes de diez mil y en uno de los cartelitos del taxi había escrito un algo junto a un “5000”. Interpreté el cartel como que no aceptaban billetes de importe superior y me temí una discusión en idioma marciano cuando yo sacara mi billete de diez. Nada de eso. Cuando me tocó pagar saqué mi billete, se lo mostré y dije “sori” (que es la forma que tienen ellos de pronunciar “sorry”). El taxista hizo un gesto de “no pasa nada”, me dio cambio, se bajó, me bajó la maleta, me abrió la puerta para que saliera y me hizo una reverencia. He leído que en este país no está bien visto dar propinas pero nunca había sentido tantas ganas de dar una. Le devolví la reverencia, le sonreí con todos mis dientes y le despedí con mi mejor “arigato”.

Dos.

Supongo que el simbolito que llevan los taxis de Kyoto sirve para distinguir a qué compañía pertenecen, pero yo prefiero pensar que hay taxis para enamorados...


... para afortunados...


... para quienes están en la luna...


... para quienes se estrellan...


... y para los demás.


Besos.

Beta

miércoles, 15 de octubre de 2008

Templos, cordones y geishas (de garrafón)

Hola,

El otro día, antes de quedarme dormida frente al teclado, contaba que Kyoto es el Japón más tradicional frente al moderno Tokyo. La ciudad en sí no me dice gran cosa como conjunto, pero creo que lo interesante aquí no es tanto la ciudad como la gran cantidad de templos que tiene. Me ha parecido espectacular el de Sanjusangen-do, en el que cuando entras te encuentras con mil estatuas doradas (y una más de propina) todas iguales, con un montón de bracitos saliéndoles de la espalda, todas colocaditas en lo que parece un inmenso graderío. Supongo que habrá fotos por internet pero yo no pude hacer porque no dejan. Bueno, hice esta del exterior del larguísimo templo...

... Y esta otra que me gusta más aunque diga menos.

Ahora un comentario de turista cateta: La gran putada de los templos es que cuando llegas te hacen descalzarte, y si vienes con unas all stars para darte tus buenas caminatas acabas hasta el moño de atarte los cordones (fin del comentario cateto).

También me tocó descalzarme en el Castillo de Nijo en el que hay unos cuantos pasillos en los que el suelo emite un ruido muy parecido al canto de los pájaros cuando caminas sobre él. Al parecer, debajo de las maderas hay un sistema de pequeños clavos que al rozarse emiten ese particular sonido, y que fue creado para saber si alguien se acercaba. Me pareció algo jodidamente retorcido pero de una esquisitez y de una belleza absolutas.

Sin duda el templo más turístico de Kyoto es el del pabellón dorado. Está hasta el culo de colegios y la escena más repetida cuando estás frente a él es esta:

Me llamó la atención que todos los niños al fotografiarse hicieran el signo de la victoria.

Pero si de turismo se trata, el punto más concurrido es el barrio de Gion, también conocido como el barrio de las geishas. Dicen que es díficil cruzarte con una pero hoy debía ser mi día de suerte ya que, en una de las calles, me he dado de bruces con un par de ellas. Me ha llamado la atención que se estuvieran dejado fotografiar pero el fotógrafo me ha explicado que era un fotógrafo profesional y que estaba haciendo un reportaje. Ellas, evidentemente, no eran geishas sino actrices, pero como yo no buscaba follármelas me ha dado un poco igual. Primero el fotógrafo en plena acción.

Y luego ellas descojonándose de la espectación creada.

Más tarde he doblado la esquina y me he encontrado con un rodaje donde las geishas también eran protagonistas. He preguntado a una de las asistentes y me ha explicado, en un inglés macarrónico, que estaban rodando una serie de policías para la televisión. Le he preguntado cómo se llamaba la serie y me ha enseñado la portada de su carpeta en la que aparecía el título en japonés, así que no me ha aclarado gran cosa.

No obstante, yo me he ido contenta después de mi ración de geishas de garrafón.

Por si hay algún listillo en la sala, explicar que las geishas, en realidad, no llevan la cara pintada de blanco. Las de la cara pintada se llaman "maikos", creo, y son aprendices de geishas.

Besos.

Beta

lunes, 13 de octubre de 2008

Shibuya y una cena en Kyoto (incompleto)

Hola,

No estoy en Tokio, estoy en un capítulo de una serie de dibujos animados. Decidme sino si esto no es puro manga:


En mi segundo día en Tokio estuve en Shibuya, uno de los barrios más conocidos de la ciudad, donde vi el que dicen es el cruce más transitado del mundo.


Pero este es un país de contrastes y, a unas cuantas calles de distancia (cuesta arriba), todo ese bullicio desaparece y comienzan a aparecer lo que aqui llaman "hoteles del amor".


Luego comí en el que dicen que es el sitio donde ponen el sushi más barato de Japón, y no porque el pescado esté malo ni nada parecido, sino porque te obligan a comer en menos de media hora. Me habría sido imposible llegar hasta él de no haber sido por cuatro chicos que suplieron su falta de inglés con amabilidad y me llevaron hasta la misma puerta del restaurante. Nueve platos por mil yenes, una ganga.

Mi primer Zara (y hasta ahora el único) me lo encontré en la calle Omote Sando, una especie de boulevard donde están las tiendas de marca.


El viernes cogí un tren para Kyoto. La estación era un hormiguero debido a que hoy, lunes, es fiesta en Japón y la gente se iba masivamente de fin de semana. Mientras hacía cola en el mostrador de información para preguntar el andén desde el que salía mi tren un par de viejas encorvadas intentaron colárseme echándole bastante morro a la vida (la gente aquí es exageradamente amable, por eso su actitud me llamó la atención).

Aquí he alquilado un apartamento superbarato que me recomendó Mariko. Viene con bicicleta incluída, y esa es, sin duda, la mejor forma de moverse por la ciudad. Estoy a unas manzanas del Palacio del Emperador, en una zona residencial. Acabo de volver de cenar y he sido la atracción del restaurante (un restaurante muy pequeño a una manzana de donde estoy). Cuando he entrado todo el mundo se me ha quedado mirando con cara de "de dónde ha salido esta". No había más que una decena de clientes (no cabían más) pero he tenido la sensación de que todos han comenzado a comentar mi presencia. Ha venido la camarera y le he dicho las dos palabras mágicas que me he aprendido: "sushi moriwase" (sushi variado). Ella se ha ido a hablar con una de las clientas que se me ha acercado y me ha balbuceado en inglés si había algún pescado que no me gustara. Con mi mejor sonrisa he respondido que me gustaban todos en general y ella me ha saludado inclinando la cabeza. Luego ha vuelto y me ha preguntado de qué país era, a lo que he respondido que de "Spain". "¡¡¡Spain!!!", ha gritado para que se enterara el resto de la clientela y, muy contenta, ha comenzado a hablarme en algo parecido al castellano y a decirme que su marido y ella estuvieron hace unos años en Madrid y en Barcelona.

Kyoto es el Japón más tradicional. Aún estare aquí un par de días más y luego regresaré a Tokyo. Ahora me voy a dormir que estoy rota (luego sigo).

Besos.

Beta

jueves, 9 de octubre de 2008

Tokio. El aterrizaje

Hola,

Aterrizamos en Tokio a eso de las once y media hora local. He leído que el control de aduanas del aeropuerto suele ser bastante pesado pero no es el caso. Hay muchas ventanillas abiertas y dos japoneses ordenando el tráfico para que la cosa resulte fluída. Al igual que en Estados Unidos, tienes que poner tus huellas dactilares en un sensor y dejar que te fotografien con una webcam. También he leído que lo mejor es cambiar el dinero en el mismo aeropuerto. He leído que el yen ha estado subiendo en los últimos días pero no sabía que tanto. Por ochocientos euros me dan 107200 yenes (para saber si las cosas son caras o baratas me he metido en la cabeza que el yen cotiza al mismo nivel que las pesetas antiguas). También he de validar en el mismo aeropuerto un bono para utilizar los trenes llamado Japan Rail Pass (JR) que he tenido que comprar previamente en Madrid.

Para ir del aeropuerto al centro has de coger el Narita Express que tarda aproximadamente una hora hasta la estación de Tokio (el aeropuerto está a sesenta y seis kilómetros). Los asientos en el tren son numerados. A mi me toca el 9A en el coche 3. La chica que me valida el JR me dice que el próximo tren pasa a la una y cuarto... me sobran cuarenta minutos.

Cuando llega el tren busco mi vagón y me arrojo rendida sobre mi asiento. No hay nadie más en el vagón. Instantes después entra una especie de revisor que me dice algo en japonés. Yo le enseño mi billete pero no cabe duda de que, por sus gestos, me está pidiendo que me baje. No entiendo nada pero obedezco. Fuera del vagón la gente espera paciente. De repente entran los del servicio de limpieza que, en unos minutos aspiran todo el tren dejándolo reluciente. Cuando terminan nos autorizan a entrar (ahora sí).

Cuando llegas en tren a las ciudades te das cuenta de las diferencias que hay entre el centro y el extrarradio. Al principio ves chabolas y muros grafiteados pero luego los edificios se van modernizando y la jungla se hace menos salvaje. En el caso de Tokio no es así. Supongo que es porque la ciudad quedó arrasada en la segunda guerra mundial pero aquí todo es nuevo y todo se parece.

Mariko vive en un pequeño apartamento del barrio de Ueno. Es más pequeño de lo que yo creía, apenas veinte metros cuadrados en los que cabe de todo. Es como una pequeña casita de muñecas con vistas a un callejón.

Aunque no he dormido mal me he levantado cansada con lo que he dedicado el día a recorrer Ueno y sus alrededores (Yanaka, Akihabara y el mercado de Ameyoko). He comido en un sushi bar y he pagado 1400 yenes (llevo tres comidas aquí y las tres han consistido en sushi... se me acabará saliendo por las orejas). No he hecho muchas fotos pero aqui cuelgo algunas.

Señoras en kimono en el parque Ueno.


Tumbas (creo) en Yanaka.


Una especie de altarcito en una calle de Yanaka.


Una chica repartiendo publicidad en Akihabara.

Otro día más.

Besos.

Beta

miércoles, 8 de octubre de 2008

Tokio. El viaje

Hola,

El despertador suena a las siete menos cuarto. He dejado la maleta preparada la noche anterior porque tengo que estar en el aeropuerto a las ocho pues el avión despega a las diez menos cinco. Viajo a Tokio vía Londres. Llego a la T4, facturo, y el chico que me atiende escribe en mi tarjeta de embarque que tengo que ir a la zona H. Tomo un café rápido y busco si el vuelo ya tiene asignada puerta. Según la pantalla de información no he de ir a la zona H sino a la S, que está en otro edificio. Me subo a un trenecito y, veinte minutos después, termino dando con mi puerta. Mientras hago cola escucho la conversación que mantienen las dos azafatas que organizan el embarque.

- Menudo lío tienen.
- ¿Cuántos son?
- Yo he contado unos cien.
- Pues en una sola sardinera no se si nos van a caber.
- Como sardinas, nunca mejor dicho.

Comprueban nuestras tarjetas y después de un largo pasillo lo que nos encontramos no es el avión sino un autobús. Ya sé a qué se referían cuando hablaban de "sardineras". Nos meten en el autobús y nos llevan hasta el avión, que está aparcado en el edificio original (absurdo viaje de ida y vuelta). Mientras terminan de limpiar el avión nos dejan encerrados en el autobús con la calefacción a toda pastilla. La gente comienza a amotinarse y a golpear las ventanas para que el conductor, que departe como si nada con un tipo de chaleco fosforescente, nos libere. Finalmente se abren las puertas y respiramos. "Nos estaba usted achicharrando", le increpa uno de los viajeros. "Pues avisenme, encima de que les dejo con la calefacción...", contesta el conductor. "Eso no era calefacción, eso eran los hornos de Auschwitz, cabrón", musito sin que nadie me oiga.

Mi asiento está en la fila 34, la penúltima. Mientras el avión coge carrerilla para despegar pienso que si ese fuera el vuelo de Spanair yo sería la primera en palmar. Me encuentro tan positiva... El madrugón me sienta fatal. La espera en Heathrow es larga y aún quedan por delante once horas de vuelo.


En el vuelo a Tokio no queda un asiento libre. A mi me toca en la fila cincuenta, otra vez atrás del todo. Me cago en el tío de Iberia que me ha sacado las tarjetas de embarque. A mi lado se sienta un rumano superborde que huele como si acabara de correrse tres maratones. Apesta. Pienso que he sido mala y que eso no es más que un castigo que me envía el señor.

Tres horas de vuelo y sirven la cena. Prefiero el chicken al fish. Todo el mundo lo prefiere. Ante esos trozos de pollo con puré y brócoli pienso en los millones de pollos que son sacrificados en el mundo cada día. Pollos para dar de comer a los turistas que viajan en avión, para dar de comer a los enfermos en los hospitales, para dar de comer al resto del planeta (incluidos miles de millones de chinos). Pienso que nacer pollo es la mayor putada que le puede pasar a alguien. Nacer para ser devorado por la raza humana. Sin esperanza. Y pienso que todos esos miles de pollos, una vez digeridos, se convierten en... ¡¡¡¡Dios, hacia dónde va el mundo!!!!

Ahora son las cinco de la tarde. Estoy en Tokio y está nublado. El viaje ha sido duro pero promete. Me voy a cenar a un sushi bar y luego a dormir.

domingo, 5 de octubre de 2008

Smoke

Hola,

Cuando era pequeña viajaba en el asiento de atrás del coche. Mi madre conducía con la radio puesta y fumando un cigarrillo detrás de otro. El coche se llenaba de humo y yo sentía que no podía respirar. Entonces me cubría la nariz y la boca con la camiseta para tratar de librarme del olor a tabaco. Ella me descubría a través del retrovisor y me decía que dejara de hacer el tonto. Yo contestaba que era por el humo y entonces me decía que no dijera bobadas (siempre fue tan dialogante...). Puede que fuera por eso pero el caso es que durante algunos años fui una verdadera obsesiva de la "liga antitabaco".

Un poco por amor y un mucho por sexo las cosas fueron cambiando y, un hombre y varias mujeres después, me olvidé de mis perjuicios. Luego tuve una novia a la que llamaba "Lluvia". Era "Lluvia" por "Lluvia de estrellas", aquel programa casposo que presentaba Bertín Osborne y en la que un imitador de Soria desaparecía tras una puerta y luego, surgiendo del humo, reaparecía convertido en Frank Sinatra. "Lluvia" era así, siempre te esperaba tras una nube y con ella siempre terminabas viendo estrellas y constelaciones enteras.

Todo esto viene a cuento porque acabo de terminar de ver la primera temporada de "Mad men" la serie que más ha maltratado los pulmones de sus actores en toda la historia de la televisión.



Está ambientada en los primeros sesenta y cuenta la historia de unos publicitarios de Nueva York. Alcohol, sexo, mentiras, política, y la maravillosa January Jones.

Besos.

Beta