jueves, 28 de mayo de 2009

Dilemas y dualidades

Hola,

Me debato entre dilemas morales. Dudo si tengo principios y ni siquiera sé si es bueno tenerlos. No sé si hacen que sea mejor o peor persona y tampoco sé si quiero ser una buena persona, a fin de cuentas, el mundo necesita gente dispuesta a interpretar el papel de mala. Me pregunto si puedo ser dual, si puedo ser dos personas distintas y mantener un único discurso. ¿Qué sucede si cuando me miro en el espejo veo que soy dos?


¿Qué sucede si el veneno se vuelve dulce? ¿Qué sucede si los perros dejan de morder? Como he dicho antes, me debato entre dilemas morales. Se me han abierto las puertas del infierno y me han ofrecido la posibilidad de escribir en él. ¿Tengo principios? ¿Puedo ir de la mano de aquellos que me detestan y a quienes detesto? ¿Qué sucede si les golpeo y ponen la otra mejilla?

Besos.

Beta

martes, 26 de mayo de 2009

Una fotografía, una historia tomada prestada y un irrefrenable deseo de matar

Hola,

A veces, rebuscando en los cajones del frigorífico, te encuentras una pieza de fruta medio podrida, blanda y supurante. Con dos dedos intentas sacarla de allí y arrojarla a la basura, tapándote la nariz y poniendo cara de asco. Yo hoy me he topado con esta fotografía. He puesto cara de asco y he tenido que contener mis ganas de vomitar.


Por si no le habéis reconocido, el tipo nauseabundo que aparece sentado en la parte inferior derecha es Juan Manuel de Prada. Me he metido muchas veces con Ray Loriga pero, viendo esta foto, me doy cuenta de lo injusta que he sido. Por si tampoco le habéis reconocido, el que le pone la mano en el hombro con gesto de satisfacción es Enrique de Pozo. Necesito aire fresco y tumbarme un rato. Me mareo.

* * *

Suele decirse los nativos de Diyan temen a la fotografía, porque creen que al fotografiarles les roban el alma.

En Diyan, en la segunda mitad del siglo XIX, el rey Sabú gobernaba como un nuevo Dios. De joven, Sabú había estudiado en Europa y fue el primer jefe de estado africano que entendió la utilidad política de la fotografía.

Sabú aprendió a posar como un emperador romano. Muy pronto, los dioses antiguos fueron expulsados de los templos y reemplazados en los altares por las fotos de Sabú. En todas las casas, en los dormitorios, en las plazas y avenidas, hasta en las callejuelas mas inmundas la imagen de Sabú era omnipresente. Nada se podía hacer sin exponerse a su mirada escrutadora.

Pronto se estableció una jerarquía en la forma de fotografiar que, gracias al tamaño, permitía reconocer al instante si la foto era de Sabú o de alguno de sus lugartenientes. Un único fotógrafo tenia el privilegio de retratar a Sabú. Ese fotógrafo también sacaba las únicas fotos coloreadas, que eran las de Sabú, así como las únicas tomadas en primer plano, un tipo de imagen -la cabeza recortada sin su cuerpo-, que al principio nadie alcanzaba a discernir si era la propia de un Dios o la de un monstruo, Sabú.

Ni siquiera tantas fotos lograrían protegerlo de las revolución inminente. Ninguna de las infinitas fotos pudo ver al joven Maub armando y entrenando a sus soldados por las noches, y ninguna fotografía dio la voz de alarma cuando Maub atravesó la muralla y sus huestes descargaron al ira acumulada tantos años contra el poder de Sabú.

En cuanto tuvo el poder en las manos, Maub comenzó a gobernar como un nuevo Dios. Sabu y sus lugartenientes fueron encarcelados hasta nueva orden. Las revoluciones consisten en hacer siempre lo contrario que el gobierno precedente, así que Maub prohibió inmediatamente las fotografías, señaladas como una herejía, un símbolo del mal y de la corrupción. Todas las fotos eran mentira y por eso debían ser quemadas. Al fotógrafo oficial de Sabú le arrancaron los ojos y se los dieron de comer a las cabras.

Maub dedicaba los días en el trono a cavilar como vengarse de su predecesor, a encontrar un modo de terminar con Sabú que fuera para los habitantes de Diyan tan memorable como lo había sido su reinado. Pero ¿cómo superar el recuerdo de tantas fotografías? En plena noche Maub se incorporó de golpe, había tenido una idea.

Ordeno traer a Sabú y toda su corte vestidos con traje de gala hasta la sala del trono, la misma donde habían posado tantas veces. Frente a ellos, al otro lado de la sala, dispuso al fotógrafo oficial parapetado tras su vieja cámara, y fue todo un acontecimiento escuchar los aullidos de Sabú y sus dirigentes cuando vieron entrar al fotógrafo ciego que había esculpido la imagen de su gloria, porque sabían las ordenes que había dado Maub: por una vez, la fotografía seria verdad, y todos se desgallitaban para intentar que el fotógrafo ciego, obligado a retratarles uno por uno, se orientara en la dirección correcta y los captara enteros pues, como ordenaba Maub, todo aquello que no apareciera en las fotografías (un pie, una mano, un torso, una cabeza) debía desaparecer. Una mutilación podía devolver a una fotografía su verdad. Al fin y al cabo un primer plano es una decapitacion, y un desenfoque una desaparición.

Los habitantes de Diyan nunca han tenido miedo de que una fotografia pueda robarles el alma, todavia tienen miedo de Sabú y de Maub.

* * *

Según esta historia de Isaki Lacuesta, Juan Manuel de Prada podría ser una busto sin piernas y con un único brazo. Sería una especie de bolo con el culo redondeado, inestable y tambaleante, al que podríamos derribar a pedradas. Lo pienso y me pongo de buen humor.

Besos.

Beta

miércoles, 20 de mayo de 2009

Isaki

Hola,

El verano del 2002 lo terminé en Tenerife. Un amigo consiguió que sus tíos le prestasen un apartamento en la Playa de las Américas y me invintó a pasar unos días pensando que así conseguiría acostarse conmigo. Si yo no hubiera querido que nos acostáramos no habría aceptado su invitación pero yo atravesaba una de esas épocas en las que me tiraba a todo lo que se movía por temor a que luego vinieran tiempos peores.

El lugar me pareció un horror debido a la brutal aglomeración de turistas así que en vez de ir a la playa nos dedicamos a hacer excursiones por la isla a bordo de un Ford K de color rojo. Una tarde, camino de la Orotava, nos quedamos sin gasolina. Intercambiamos unos cuantos "ya te lo dije" y nos culpamos mutuamente. Mientras él se iba a buscar gasolina yo me quedé escuchando la radio.

En Radio 3 entrevistaban a un director de cine del que nunca había oído hablar. Se llamaba Isaki Lacuesta y estaba a punto de estrenar un documental titulado Cravan vs Cravan. Yo tampoco sabía quien era Arthur Cravan pero, a medida que Isaki hablaba del personaje a mí me interesaba más y más. Era un poeta, era un boxeador, era un desertor, era un buscavidas. Su vida estaba envuelta en el misterio y su muerte aún más.

Cuando regresé a Madrid fui a ver la película y, meses después, repetí en un pase que se hizo en La Casa Encendida y al que también asistió Isaki. Había muy poco público. Apenas una docena de "raros". Pensé que mejor así. Siempre he preferido sentirme rara a sentirme masa. Isaki tenía barbita, el pelo relativamente largo y una voz tímida que yo escuchaba ensimismada, como quien escucha una verdad divina. Años después rodó La leyenda del tiempo. Volví a sucumbir.

El pasado mes de enero, cuando me propusieron escribir para Soitu sabía que terminaría haciéndolo sobre Isaki. Me puse en contacto con él. Le hizo gracia lo de "Boyera la bollera". Me pronosticó una carrera breve y acertó. Me envió algunos de sus cortos advirtiéndome que me encontraría con algo bien distinto a Cravan y a La leyenda. Pasaron un par de semanas hasta que quise verlos. Era como intentar retrasar el momento del orgasmo. Efectivamente los cortos son otra cosa. Son inquietantes.

Los directores de cine son como los amantes. Los hay de muchos tipos. Algunos son "funcionariales", ruedan por oficio. Fichan cuando llegan y cuando se van. Te la meten los sábados por la noche simplemente porque toca. Es difícil enamorarse de ellos. Hay directores exhibicionistas. Llegan, se desnudan, ponen en marcha el cronómetro e intentan batir el record del polvo más largo. Si te encuentran el punto la cosa puede estar bien pero, en la mayoría de los casos, tú les importas poco con lo que, normalmente, te quedas insatisfecha. Hay directores tuppersex. Ellos, por sí mismos, no valen nada, pero tienen un maletín lleno de consoladores con los que puedes hacerte un apaño. Finalmente hay directores espeleólogos que se sumergen e investigan. Son minoría pero eso les da igual. Para ellos rodar es una aventura, un experimento nuevo, un proceso de investigación. A mí me gusta sentirme investigada. Isaki es de estos últimos.

Besos.

Beta

lunes, 18 de mayo de 2009

¡Conversión!

Hola,

Igual que la fe puede llegar a tambalearse, también hay ateísmos que se resquebrajan. No ha sido mi caso pero, después de este video, entiendo que haya alguien que se lo pueda estar pensando. ¡Oh my god, qué cuatro minutos! Ha sido como una aparición mariana pero de las de verdad. ¡¡Conversión, conversión!!

Vigilan. Dirty Princess from Dirty Princess on Vimeo.


Feliz semana.

Besos.

Beta

miércoles, 13 de mayo de 2009

La teta asustada

Hola,

Esta escena sucede hace unos meses.

Son las cuatro menos veinte. Salimos de casa corriendo porque no llegamos al cine. Bajamos por la Gran Vía a toda velocidad. Me tengo que parar porque los pulmones se me van a salir por la boca. Recobro el aliento encorvada. ¿Qué hora es? Menos diez. No llegamos. Venga corre, que sí llegamos. No puedo correr más (aún así corro). Plaza de España. Menos cinco, no llegamos. Venga, que sí. Ya estamos. Falta un minuto para las cuatro pero hay cola en la taquilla. Mientras esperamos nuestro turno para sacar las entradas la película comienza.

Soy inflexible: no entro en las películas empezadas. Me da igual si llevan cinco minutos o treinta segundos, es una cuestión de principios. Vale, ¿entonces qué vemos? Podemos mirar en los Renoir de abajo a ver qué ponen. Miramos: "La teta asustada", esa es la que ganó en Berlín. ¿De qué va? No tengo ni idea pero es una película peruana, me apetece verla. Qué pereza. Que no, venga, vamos a ver esta. Me impongo y entramos.

La película comienza con una india moribunda cantando en quechua. Hay miradas que matan y yo acabo de morir víctima de una de ellas. "Pero si la película ha ganado en Berlín es posible que en algún momento mejore", susurro. Pese a su título, la película no va de tetas sino de coños rellenos de patata. Está protagonizada por una india llamada Magaly Solier.

A pesar de que el calendario dice que hoy es trece de mayo del 2009, depende del lugar del mundo en el que te encuentres el dato es o no cierto. Ahora mismo, en el planeta, hay gente viviendo en el 2009, gente viviendo en 1960 y gente viviendo en el siglo diecisiete. El calendario es uno, pero las épocas son muchas. Magaly Solier vive en una época indeterminada que, desde luego, no en la mía. He aquí la prueba de lo que digo. La entrevista es alucinante. Son seis partes y dura cincuenta minutos pero merece la pena. Cuidado, que no os pille el jefe.













¿Qué? Impresionante, ¿no?

Besos.

Beta

lunes, 11 de mayo de 2009

Regresión

Hola,

Hace unos meses mi vecino de arriba era un tipo de cuarenta años que olía a varondandy, vestía traje con corbata, se peinaba con raya a un lado y llevaba maletín. Era un tipo raro, silencioso, de esos que destilan autocomplacencia y parecen tenerlo todo al alcance de la mano. Un día apareció del brazo de una chica quince años menor. Entraban y salían constántemente y siempre lo hacían muy acaramelados. Era normal tropezarte con ellos en el portal de madrugada, besándose como si el mundo fuera a acabarse en el minuto siguiente. Cuando esto sucedía, yo miraba al suelo, daba las buenas noches y me perdía escaleras arriba.

Al poco tiempo comenzó la regresión. Primero se deshizo del traje y del maletín. Luego, la raya de su pelo comenzó a desfigurarse. Más tarde empezó a dejarse barba de unos días. Ahora mi vecino camina mucho más despacio que antes, a cámara lenta, recreándose en sus movimientos, contoneándose. Parece estar gritándole al mundo: aquí estoy yo, disfrutad de mi presencia. Este fin de semana hemos vuelto a cruzarnos en las escaleras: él vestía bermudas, una camiseta sin mangas de color azul celeste e iba subido en unos patines en línea.

La verdadera máquina del tiempo consiste en follarte a alguien a quien sacas o que te saca un par de décadas. El problema, en el caso de mi vecino, es que terminará dando con sus huesos en la primera fila del próximo concierto de Hannah Montana.

Besos.

Beta

miércoles, 6 de mayo de 2009

Dinamitar la industria

Hola,

Llevan meses de acoso. Nos odian. Desearían vernos muertos. Actúan como una banda y son poderosos. Hablan de derechos de autor pero en realidad intentan proteger su derecho de pernada. Intentan olvidar su propio olvido metiendo la mano en los bolsillos de los demás. ¿Quién se ha descargado un disco de Ramoncín? ¿Quién se ha bajado de internet un disco de Teddy Bautista? Silencio. Sus públicos murieron hace décadas y casi seguro que fallecieron de aburrimiento. Se dicen víctimas del robo pero en realidad nadie les roba a ellos, porque nadie se fija en ellos, porque ya solo existen en calidad de gendarmes. Quieren ser policías y quieren una porra. Intentan impedir que nos hablemos, que nos comuniquemos. Quieren cobrar por palabra pronunciada, por palabra intercambiada, aunque las palabras en cuestión no sean suyas.

Leo la entrevista que María Ovelar le hace al creador de Firefox en El País. Mike Shiver explica que la gente que desarrolla el navegador "son jóvenes y creen en el bien común de la red. Comparten una visión bastante hippy. Para ellos los programas propietarios son un error porque van contra la naturaleza de internet". Habla un lenguaje distinto, un lenguaje que en la Sociedad General de Autores no entienden. Me imagino a Bautista retirando todos los ejemplares de El País que circulan por la SGAE para que nadie lea la entrevista. Me le imagino telefoneando a Javier Moreno y pidiendo la cabeza de la periodista. "Si te atreviste con Enric González no entiendo porqué ahora tendría que temblarte la mano".

Dicen que nuestros comportamientos terminarán con la industria. Y yo empiezo a pensar que ojalá sea así. Si no lo hacemos pronto será la propia industria la que termine con el cine y con la música. Tenemos que defendernos de la industria que promueve "Fuga de cerebros" y "Mentiras y gordas". Existen buenos guionistas y mucha gente con buenas ideas a quienes esa industria únicamente ofrece puertas cerradas. Esa industria ha conseguido que hacer una película sea una tarea casi imposible si no formas parte de ella. Son un coto cerrado de relaciones endogámicas, y ya se sabe que la endogamia es causa de hemofilias, malformaciones y enfermedades varias.

Habría que pedir cuentas a la quejicosa industria por todas las películas que no permitieron hacer, por todos los proyectos aparcados, por todas las historias frustradas que no permitieron contar, por todos los discos que quedaron sin publicar. Habría que pedirles cuentas y, si se niegan a responder, terminar con ellos. ¡Viva la dinamita!

Besos.

Beta

lunes, 4 de mayo de 2009

Voces

Hola,

A veces te dicen A y entiendes B. A veces, simplemente, no te dicen nada e igualmente entiendes B, pues interpretas que los silencios tienen significados. Otras te dicen A y, efectivamente, entiendes A, pero te parece que hay algún "pero" y que aunque es evidente que te han dicho A, en realidad te estaban intentando decir B. Otras escuchas B pero miras a tu alrededor y no "bes" a nadie.

Ultimamente me ha vuelto a suceder. He escuchado voces que no venían de ninguna parte, voces que yo atribuyo a alguien pero que ese alguien se empeña en negar una y otra vez. Y yo le zarandeo, y me enfado con él y supongo que él se siente injustamente maltratado pero nadie puede negarme que esas voces son reales: Existen, aunque no sea más que en mi cabeza.

I´m afraid. Tengo miedo de que se rían de mí. Tengo miedo de sus comentarios, de sus intentos por ridiculizarme. Y mientras esto me pasa tú me das la espalda. Tú, y otros como tú. Quiero llenar tu espalda de cuchillos. Sabes que soy cobarde. No me interesáis ni tu ni tus amigas. Ni ese mundo ordenado que levantas y que os vuelve cautivas. Os odio a todos.

Beta