martes, 27 de octubre de 2009

Soitu

Hola,

Darwin es muy cruel. No me he vuelto creacionista pero Darwin es muy cruel. Acaba de explotar una bomba atómica y Soitu ha muerto. Podía haberles tocado a otros pero les ha tocado a ellos. Los débiles mueren, los fuertes sobreviven. El mundo es así. De nada te valen los años de estudio, de nada te vale el saber escribir, de nada te vale el ser aficionada a la lectura, el ver películas, el hablar idiomas. Ha explotado la bomba y te ha llevado por delante. El mundo está hecho para las Belenesesteban, para las Anarosas y para los Jorgejavieres. Ellos han aprendido a mutar y la radiación lejos de afectarles les hace más fuertes. Han chapado Soitu y, sin embargo, Telecinco sobrevive ofreciéndonos cada día toneladas de mierda que se autoregenera espontáneamente y con la que vomitar a gusto. Para curtirte no hay nada mejor que aprender a nadar en el vómito.

Ayer escuché en una entrevista que el verdadero sueño americano no es Obama, sino Bush, que lo verdaderamente increíble no es que un negro llegue a la Casa Blanca, sino que alguien con el cerebro de una almeja pueda alcanzar el gobierno de los Estados Unidos, declarar guerras e invadir países. No hay motivos para la esperanza. El BBVA prefiere negocios más rentables. Ellos saben qué es lo que se necesita para sobrevivir. Las cucarachas siempre lo saben.

Besos (a Borja, a Alberto, a Irene, a Sindo, a Guillermo y a todos los demás).

Beta

lunes, 26 de octubre de 2009

La usurpadora

Hola,

Cuando te mudas a un país y pasan cuarenta años, y después de todo ese tiempo sigues sin dominar bien el idioma, no le des más vueltas, la cosa está clara: no encajas. Eso, le guste o no, es lo que le sucede a la reina Sofía, que no encaja. A pesar de eso que dicen de que los griegos y los españoles somos bastante parecidos (por el carácter mediterráneo y tal), ella no lo tiene claro, así que ha terminado pasando lo que tenía que pasar: harta de pasarse las horas muertas en palacio mano sobre mano, harta de sospechar que su marido se pega unos fiestones de campeonato con la primera corista que cae en sus manos, harta de tener que soportar las constantes preguntas de Letizia sobre lo que está bien y lo que está mal y sobre los rollos de protocolo, la reina Sofía decidió un día comprarse un ordenador y ponerse una conexión a internet de veinte megas.

Al principio se trataba de bajarse esas películas griegas que son tan difíciles de encontrar aquí, pero poco a poco se fue apuntando a chats griegos en los que poder hablar con sus compatriotas de verdad. Para ello, lo primero que hizo fue buscarse un nick que no despertara sospechas. Se puso Panayotis. Luego contó que era un alto ejecutivo de Vivartia (una multinacional griega dedicada a productos de repostería industrial y congelados) afincado en Madrid que echaba de menos a su mujer y a sus hijas que seguían viviendo en el Atenas. Finalmente ligó con una secretaria del Peloponeso llamada Afrodita.

Puede parecer fácil pero la cosa no fue sencilla. Al principio internet estaba lleno de sobresaltos. La reina no olvidará jamás el día en que, sin saber muy bien cómo, comenzaron a abrírsele pantallas llenas de pollas tras teclear las palabras "apolos desnudos". Azorada, minimizó la pantalla pero, cuando el peligro parecía haber pasado, volvieron a saltar tres pantallas rebosantes de pornografía helénica. No olvidará jamás que en ese momento llegó su nieta Leonor arrastrando a una barbie por los pelos y protestando porque quería la merienda y no olvidará jamás la cara de la joven infanta mientras le preguntaba por aquellas cosas tan grandes que tenían los señores entre las piernas.

Sin embargo un día la reina se cansó de hacerse pasar por quien no era y decidió abrirse un perfil en Facebook a nombre de Sofía Margarita Victoria Federica, es decir, ella misma. Poco a poco, y a pesar de que apenas actualizaba el perfil, le fueron surgiendo gran cantidad de amigos cibernéticos entre los que había algunos políticos conocidos, algunos periodistas y, sobre todo, mucho admirador anónimo. No sé muy bien porqué, supongo que por mi natural aversión a la monarquía, el caso es que un día me dió por proclamarme autora de aquella página mediante un post titulado "La reina y yo". Acto seguido, una de las "periodistas" aludidas, una tal Rosetta Forner, comenzó a enviar mensajes denunciando la usurpación de personalidad que supestamente yo estaba cometiendo. La tal Forner sintió que estaba desvelando un atropello, se sintió protagonista de algo importante, sintió que aquello era un gran bombazo informativo, algo casi a la altura de los mismísimos Bernstein & Woodward. Pensó que aquel era su momento y que, tras su gran descubrimiento, era muy posible que se ganara un asiento fijo de tertuliana en Intereconomía Televisión. En este mismo sentido pidió, además, que la gente bombardeara con mensajes a la emisora reclamando su presencia (ampliar la imagen pinchando en ella). "Es triste de pedir pero peor es de robar", pensó.


Y en esto la reina se sentó al ordenador. Tecleo su nombre y su clave secreta y se topó con un mensaje explicándole que su cuenta de Facebook había sido deshabilitada. Al principio pensó que se trataba de un error pero, tras varios intentos infructuosos de acceder a ella comprendió que no era así. "¿Porqué? -se preguntó-. ¿Porqué me han cerrado la cuenta, si yo no hago mal a nadie? ¿Quién me odia tanto como para no permitirme tener mi propia cuenta en Facebook? Si es que es lo que yo digo siempre: este país está lleno de envidiosos". Cabizbaja apagó el ordenador y salió al jardín.

Quizás algún día -y esto no es más que pura especulación-, en algún rastrillo benéfico, la reina se tropiece con Rosetta Forner. Quizás ese día, la "periodista" que se define a sí misma como un "hada que ha venido al mundo para enseñarle a la gente a abrir sus alas" (y esto no me lo estoy inventando, lo pone en su perfil) haga una absurda reverencia y luego le confiese a la reina que fue ella quien descubrió y denunció el facebook de aquella usurpadora que se hacía pasar por Sofía Margarita Victoria Federica. Quizás ese día, la reina finja una sonrisa y piense "esta tía es gilipollas".

Besos.

Beta

martes, 20 de octubre de 2009

Números

Hola,

Jose Fernando tiene dieciséis años, acné, y una camiseta roja con el lema "Hazte oir". Su plan para la tarde del sábado diecisiete de octubre es manifestarse por las calles de Madrid. Está en contra del aborto. Cree que es un asesinato. Alguien le ha explicado que un feto de quince semanas es un ser humano, que siente y padece, aficionado al fútbol y que probablemente estudiará derecho cuando cumpla los diecinueve. Su cristiana cabeza le dice que Zapatero es un asesino de niños, una suerte de Herodes del siglo XXI. Camino de la plaza de Cibeles se le acerca una periodista. En cuanto la ve, Jose Fernando se pone en posición de defensa alertado por una voz que desde el interior de su cabeza le recuerda: "¡Cuidado Jose Fernando!, los periodistas, lo manipulan todo". Luego reconoce el capuchón de Telemadrid en el micrófono y se tranquiliza.

Le explica a la periodista que España es la reserva espiritual de occidente, que así lo dice el papa, que Bibiana Aído no sabe por dónde le da el aire, que hay que parar los pies a los socialistas, a Hugo Chávez, a Fidel Castro, a los nacionalistas y a la negociación con ETA. Luego repite que "es importante que la manifestación sea masiva, para que se den cuenta de cuál es nuestra fuerza". La periodista asiente a cada una de las afirmaciones del entrevistado como si las fuera haciendo suyas y luego despide la conexión con una sonrisa de catequesis.

Ya en la manifestación, entre consigna y consigna, se mezclan la camaradería y la rabia. Hay señoras vestidas con pieles que echan espumarajos por la boca y hay polos de Ralph Lauren. "Es una pasada. Yo creo que es la manifestación más grande que ha habido en España después de la que siguió al 23-F", explica uno. La frase "es la manifestación más grande de la historia después de la del 23-F" se ha convertido en un clásico y lo mismo sirve para la cola de la panadería que para los afectados por el ERE de la "Charcutería Alfonso".

Alguien, en un extremo, dice que ha escuchado que la concentración supera el millón de personas. Alguien, en el otro, contesta que ha oído que se están manifestando más de dos millones. Cuando ambos rumores se juntan dos y uno suman cuatro. "¡Cuatro millones! Somos incluso más que en la manifestación de después del 23-F", grita Jose Fernando alborozado.

Luego aparece una empresa que ha contado los manifestantes uno a uno y resulta que estos apenas alcanzaban los cincuenta y cinco mil.



Jose Fernando se irrita. Arremete contra la empresa, contra la tecnología, contra la ciencia y nos recuerda que la tierra es plana y que eso de que el hombre desciende del mono no es más que una de las mentiras con las que nos quiere hacer comulgar Bibiana Aído desde el Ministerio de Educación.

- El ministro de educación se llama Angel Gabilondo.
- Bueno... pero da igual.

Besos.

Beta

martes, 13 de octubre de 2009

La reina y yo (actualizado)

Hola,

Todos aquellos que piensan que la esencia de la democracia está en el sufragio universal, el principio de seguridad jurídica y la división de poderes son una panda de pardillos. La esencia de la democracia se encuentra en el Facebook. El Facebook nos hace libres y el Facebook nos hace iguales. Si rebuscas en Facebook puedes encontrar desde aquella ex amiga choni a la que hace cinco años que no ves hasta una eurodiputada del PP contándote lo malo/malísimo que es Zapatero. En Facebook la gente se agrupa por tribus y cotillear en cada una de ellas es una experiencia fascinante.

Sorprendentemente, uno de los grupos más numerosos es el que forma el núcleo de rancios peperos, adictos a Intereconomía y a Libertad Digital, católicos militantes, un poquito nostálgicos del franquismo y ferreos defensores de las fiestas patronales especialmente si la cosa tiene que ver con toros. No sé si será por la famosa noche de los "pásalo", pero el caso es que los simpatizantes del PP se han organizado bastante bien en internet... hasta que he llegado yo, claro.

Un día decidí hacer un experimento que consistía en hacerme pasar por una de ellos. Me compré una corona, descargué un bote de laca sobre mi cabeza, fingí un extraño acento y me hice una foto abrazando a un animal y a un negrito hambriento. Con todo eso me abrí un perfil en Facebook a nombre de Sofía Margarita Victoria Federica, es decir, la reina de España. Como no quería que la casa real se me echara encima escribí que aquello era una página de homenaje "a la reina Sofía, la reina de todos los españoles" (rápidamente comprobaría que muchos de esos españoles no deben saber leer porque no tardaron en llegar mensajes de gente convencida que era la propia reina quien estaba detrás de aquello).


Luego comencé a olisquear por los vertederos más frecuentados por mi "clientela" y me hice "amiga" de un programa de Intereconomía llamado "El gato encerrado", que es el abrevadero donde todos ellos suelen calmar su sed retrógrada. En cuestión de minutos comenzaron a llegarme requerimientos de amistad con frases como "magestad es usted la mejor" (majestad con g, claro), "es un honor tenerla como amiga, señora", "cuánto bien nos hace a los españoles" y chorradas de ese tipo. También empezaron a aparecer dirigentes del PP como Alberto Núñez Feijó, Ana Pastor, Basagoiti, Arístegui, Ayllón, Montserrat Nebrera, y algunos periodistas de esos a quienes les gusta contrastar bien sus informaciones del tipo Javier Algarra, Luis del Pino, Román Cendoya o Rosetta Forner.

Mi objetivo era dejar que todos fueran subiéndose al autobús de la reina para, en un momento dado, cambiar la frase de "homenaje a la reina" por una del tipo "me cago en la puta monarquía" teniéndoles a todos ellos como testigos. ¿Qué harían Nuñez Feijó y Gustavo de Arístegui en una página cuyo lema es "me cago en la puta monarquía? Quería imaginarme sus caras de terror y quería imaginármelos borrando pruebas. También suponía que me iban a llover los insultos pero eso es algo a lo que estoy acostumbrada. El caso es que dejé mi fakebook de la reina dormitando, sin apenas actividad (se supone que la reina tiene cosas mucho más importantes que hacer que estar enganchada a internet... ¿se supone? ¿quién lo supone?), mientras veía cómo mi número de "amigos" iba aumentando. Comenzaron a llegarme todo tipo de mensajes. Algunos me hablaban de sus ONG´s y me invitaban a participar en ellas, otros me atiborraban el buzón de mensajes antizapatero y algunos simplemente me mostraban su emoción por haber llegado a contactar conmigo, pero eran muy pocos los que se cuestionaban que no fuera la reina en persona quien estuviera detrás de todo eso.

Entonces comenzó mi Síndrome de Estocolmo. Cuando se suponía que yo debía sacar mi varita mágica, desvelar que todo había sido un engaño y reirme de todos los pardillos que habían caído en mi trampa, comencé a sentir cierta simpatía por ellos. No por todos, evidentemente hay imbéciles integrales apuntados a el fakebook de la reina, pero sí por algunos. Y entonces comenzaron mis dudas: ¿Acaso no soy un ser tan cruel como pretendo ser? ¿Acaso soy una débil? ¿Quiere esto decir que no sería capaz de empuñar un arma y vaciar el cargador sobre un hijo de puta si éste estuviera indefenso? Estoy decepcionada conmigo misma.

Besos.

Beta

Actualización:

La tal Rosetta Forner (que es una petarda que demuestra su analfabetismo en una tertulia de Intereconomía) se ha lanzado como una loca a poner mensajes en el muro de "la reina" para denunciar que es un perfil falso (y yo se los estoy borrando). Menudo
Scoop informátivo. Menuda lince. Jajajaja

Actualización (2):

Los de Facebook han deshabilitado el perfil de la reina. Menudo disgusto deben tener en la Zarzuela.

miércoles, 7 de octubre de 2009

El tigre de Chamberí

Hola,

Tengo una primicia: Gallardón se separa. Su mujer se ha hartado y ha decidido plantarle. No, esta vez no tiene nada que ver con ninguna abogada especializada en el ladrillo, esta vez todo ha sido por culpa de las olimpiadas. Mari Mar Utrera (que se llama Mari Mar porque así lo decidieron sus padres y se apellida Utrera porque es hija del ex ministro franquista José Utrera Molina, aunque no está bien que yo, precisamente yo, le recrimine a nadie por sus ancestros) era una pija del barrio de Salamanca acostumbrada a vestir en las mejores boutiques de Madrid y que tenía su casa decorada por Pascua Ortega. Hace seis años Alberto llegó a casa con un paquete.

- ¿Qué es lo que traes ahi?, preguntó ella.
- La vas a flipar cari, respondió el alcalde emocionado.

Gallardón abrió el paquete y... ¡¡tachán!! sacó un puñado de camisetas con el logo de Madrid 2012. "¡Voy a hacer que Madrid sea una ciudad olímpica!", gritó. Los días siguientes se los pasó Gallardón ataviado con aquellas camisetas. Era llegar a casa y ponerse la camiseta de Madrid 2012. Y luego las gorritas, y los llaveros, y las tazas, y las vajillas. Poco a poco el merchandaising de la candidatura fue llenando cada rincón de la casa. Al principio el fervor olímpico podía con todo y Mari Mar se dejó arrastrar. Cambió sus camisones de seda por aquellas camisetas de algodón, puso el cepillo de dientes en un vaso con el logo olímpico y se acostumbró a ver aquella llamita sobre fondo rojo por todas partes. Cuando venían invitados a casa siempre se iban con una colección de mecheros y de pins para repartir entre sus allegados. Finalmente llegó el día esperado and the winner was... London. Y Alberto no pudo disimular su cara de póker.

Un día, cuando todo aquel merchandaising casi había desaparecido del domicilio de los Gallardón, el alcalde llegó eufórico.

- ¡Cari!
- ¿Qué te sucede?
- ¡Tengo una corazonada! -gritó mientras se sacaba del bolsillo de la americana una camisetita con una mano multicolor en la que podía leerse: Madrid 2016-. Pruébatela, pruébatela.

Mari Mar se despojó de su blusa de Elena Benarroch y se puso la camiseta.

- Te queda perfecta. Y esta vez sí que lo vamos a conseguir.

La historia se repitió. La vajilla de porcelana volvió a ser arrinconada en el armario y reemplazada por una de la nueva candidatura olímpica y Mari Mar aparcó nuevamente sus camisones y volvió a ataviarse cada noche con una de aquellas camisetas que, aunque no le gustaban, ejercían un extraño efecto afrodisíaco en su marido. Cada vez que Alberto veía a su mujer con la corazonada se volvía un tigre sexual, el tigre de Chamberí, y conseguía que ella aparcase todas sus reticencias.

El viernes pasado the winner was Río de Janeiro y Alberto volvió a poner cara de póker. Su mujer le esperaba en el hotel vestida con una de aquellas camisetas mágicas para animarle pero, esta vez, la cosa no funcionó. Alberto dijo que le dolía la cabeza y, tras tomar un vaso de leche caliente, se metió en la cama. Mari Mar entendió que aquello era el fin y al día siguiente llamó a su abogado y recuperó la vajilla de porcelana.

Besos.

Beta

lunes, 5 de octubre de 2009

Dudas. Deseos.

Hola,

(I)

¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿De dónde saca Gallardón el entusiasmo para venderles a esos señores que Madrid merece ser sede olimpica? ¿Quién paga el jamón que devoran los miembros de la delegación madrileña en Copenhague? ¿Qué hace allí Alvarez del Manzano? ¿Han viajado en primera o en turista? ¿A quién se le ocurrió lo de la corazonada? ¿Porqué llora tanto Lula Da Silva? Son preguntas que me hago y que no sé responder.

(II)

Quiero un político para mí sola. Que me tome por tonta y me diga lo guapa que soy. Que aplauda mis ocurrencias. Que me planche la colada y que me de una subvención. Quiero un político tonto al que adocenar. Quiero que mi político se abra un facebook para poder estar en contacto directo con el resto del electorado o que, como Rajoy, tenga un videoblog. Quiero un político que aparente ser como todos los demás pero que, en el fondo, se sienta un elegido. Quiero un político que vote lo que le ordenen y que sepa twittear desde dentro de las reuniones de partido. Quiero un político que se manifieste y que disfrute llevando una pancarta. Quiero un político en mangas de camisa al que reserven dos butacas en el palco de un campo de fútbol. Quiero un político que grite en los debates de la radio. Quiero un político que me cuente lo sacrificada que es su vida y que pierda el culo por salir en los reportajes de Thais Villas en "El Intermedio". Quiero un político que cobre dietas y tenga influencias. Quiero un político que presuma de tener el móvil de Juan Luis Cebrián en su agenda de amigos. Un político que reciba cestas de navidad y jamones. Quiero un político que tenga una foto con el rey en el recibidor de su casa. Quiero un político que si vista de gente normal en las fiestas de su pueblo y que se pasee con el Financial Times bajo el brazo aunque no sepa inglés.

¿Qué coño estoy diciendo? Políticos como ese hay a montones. Puajj.

Besos.

Beta