miércoles, 24 de junio de 2015

Y punto

Hola,

Me fui a los Estados Unidos huyendo de mi misma. Sabía lo que dejaba atrás pero prefería pensar en lo que tenía por delante. Al principio fue divertido. Tanto, que dejé de escribir porque la vida no me daba para ello. Fueron unos buenos meses. Me fui asentando. Encontré un trabajo. Todo iba bien hasta el día que comencé a discutir con los médicos. Al final ellos tuvieron razón. Volví a tener tiempo. Conocí a gente en mis mismas circunstancias. Aprendí. Y cambié. Miro hacia atrás y me cuesta reconocerme en la persona que fui. Pero en realidad creo que aquella era yo. O quizás seamos las dos. No sé, da igual.

Nunca he hecho planes así que creo que no me he dado la oportunidad de decepcionarme a mí misma al no haberlos cumplido. Esto es lo último que escribo. Quizás no debería hacerlo. Podría simplemente haberme quedado callada. En silencio y ya. Pero quizás no este mal llenar unas líneas, escribir unos nombres a modo de agradecimiento. Creo que me siento mejor si escribo, por ejemplo, el nombre de María, o de Alberto, o de Lorena, o de Lidia, o de Laura, o de Marina, o de Marisa, o de Sofía, o de Silvia, o de Ana, o de Guillermo, o de Jan, o de Enrique, o de Eduardo, o de Arturo, o de Carla, o de Eva, o de Maysun, o de Cristina, o de Jesús, o de Fernando, o de Adriana, o de Elena, Sonia, Isabel, Yasmin, Inés, Zoe, Elvira, Dani, Iván, Miguel, Pepe, Conchi, Liliana, Irene, Carmen, Nacho, Gema, Raúl, Javier.

Así me quedo más tranquila.

Adiós