jueves, 28 de julio de 2011

Nórdicos

Hola,

Tengo un poco abandonado el blog, lo reconozco. Entre el de GQ, el calor y mis distintas actividades nunca encuentro el momento para actualizar. Además no sé muy bien de qué hablar. Beta, escribe algo de lo de Noruega, me han dicho. ¿Noruega? ¿Qué se yo de Noruega? No he estado nunca allí. Tampoco me he acostado nunca con una nórdica. Bueno, hace años, con una tía que se hacía llamar Islandia pero que era de Moratalaz. No creo que eso cuente.

El pasado mes de mayo estuve en Copenhague. Fue mi primera visita a un país nórdico. Mis dos primeras impresiones fueron que los daneses no son tan altos como te los imaginas y que todo es carísimo. Estuve en Christiania, una especie de barrio hippie gestionado por fumetas lleno de carteles de prohibido hacer fotos. Me pregunté qué pasaría si sacara la cámara y empezara a disparar. ¿Aparecería un poli narcotizado que, en plan Ernesto de Hannover, intentaría quitarme la tarjeta de memoria? No quise arriesgarme y me conformé con esto.


Lars Von Trier nació en Copenhague. Supongo que el guión de "Anticristo" se lo escribió después de haber echado la tarde en Christiania. O en la fábrica de cerveza Carlsberg. Tienen una colección de miles de botellas.


Algunas de un realismo que asusta.


Otras con memoria histórica.


No es lo que parece. En realidad la esvástica simbolizaba eficacia. Cuando los nazis se la apropiaron en Carlsberg dejaron de etiquetar así sus botellas. En el precio de la entrada vienen incluídas dos cervezas. Pero ya puestos te pides otras tres y así haces la degustación completa.


Con la moña sales haciendo eses de la fábrica y si te dicen que tienes que currar por la patria hasta te parece bien.



En Copenhague cogí un tren que me llevó hasta Malmo, Suecia. La estación de Malmo mola.


Suecos y daneses parecen lo mismo pero no lo son. Los suecos son los hermanos aventajados de los países nórdicos. Riegan en mundo de coches Volvo, de teléfonos Ericsson, de muebles de Ikea, de canciones de Abba. Van de guays. Estan buenos, mataron a Oloff Palme en el momento justo para convertirlo en martir y todos envidiamos su socialdemocracia. Se venden bien, parecen italianos.

Luego están los noruegos, que es de quienes se suponía que iba a hablar. Y los finlandeses. Y los islandeses. Bueno, los islandeses no existen (y menos ahora que están quebrados), son como Teruel, sin un kilómetro de autovía por el que poder llegar hasta ellos. De entre los nórdicos mis favoritos son los finlandeses. Los finlandeses no van de nada. Mientras los daneses se preguntan por el sentido de la vida, los finlandeses simplemente tratan de sobrellevarla de la mejor manera posible. Finlandia es el país del mundo con un mayor índice de suicidios... y de alcoholismo. Eso sí que es saber entender la vida. No tienen a Bergman ni a Dreyer ni a Von Trier, pero tienen a Kaurismaki, que les da mil vueltas a todos ellos con sus historias sobre borrachos, fábricas de cerillas y suicidas arrepentidos. Su único defecto es que tienen la nariz grande. No sé por qué pero tienen la nariz grande y, normalmente, roja. También tienen a Nokia, pero de algo hay que vivir. Es curioso que un pueblo donde la gente apenas habla se forre vendiendo teléfonos.

¿Que diga algo de Noruega? Pues que ¿quién no ha deseado, alguna vez, ponerse la banda sonora de la naranja mecánica a toda pastilla y abrir fuego contra inocentes corderitos?

Besos.

Beta

viernes, 15 de julio de 2011

15 M

¿Alguien sabe qué fue de Michael Dukakis, de Walter Mondale o de Robert Dole después de perder las elecciones presidenciales norteamericanas? Creo que se fueron a sus casas, siguieron con sus trabajos, desaparecieron. ¿Alguien se les imagina optando por segunda vez a ocupar la Casa Blanca? ¿Alguien se imagina al Partido Republicano volviendo a presentar a John McCain? ¿O al Partido Demócrata presentando a John Kerry? Ciencia ficción. ¿Alguien se imagina al Partido Popular presentando por segunda vez a Mariano Rajoy como candidato a la presidencia del gobierno? ¿Y por tercera vez? ¿Si? No, no podemos estar hablando en serio. O sí.

Según parece, Mariano Rajoy se convertirá en presidente del gobierno de España el próximo mes de marzo. ¿A alguien no le ha quedado claro qué es el 15-M? Vivimos en un sistema en el que los ciudadanos pueden decir por dos veces a un candidato que se vaya a su casa pero en el que el partido de ese candidato puede reincidir hasta la extenuación, sin darse por aludido, en llevar la contraria a la ciudadanía. Al final puede que una crisis económica, el hartazgo o la desidia de los votantes del otro partido les permita salirse con la suya. Este es el sistema en el que vivimos. Este es el sistema que apesta.

Hace unos días Savater arremetió en unos cursos de verano, otra vez, contra el 15-M. Refiriéndose al "no nos representan" argumentó: "no seas majadero, el problema es que sí te representan, y por eso debemos buscar a quienes mejor nos representen". No sé si tiene razón, Savater es un tío listo, pero creo que arrogarse representatividades es bastante fácil. ETA, por ejemplo, se arroga la representatividad de los vascos... incluido Savater y Savater, lógicamente, no está de acuerdo. Supongo que las representatividades se otorgan y no creo que Savater haya otorgado la suya a los pistoleros de ETA. Quienes defendemos el #nolesvotes tampoco lo hemos hecho con los partidos. Concretamente.

Besos.

Beta

lunes, 4 de julio de 2011

¡Felicidad!

Hola,

Estás tan tranquilo en tu despacho, frente a tu Mac, viendo una página de vinos franceses, debatiendo si te compras una botella de Borgoña del 2005. La Tache Romanee Conti cuesta 3500 euros. Más de medio millón de pesetas pero, a día de hoy, quién piensa en pesetas. Tres mil quinientos euros es mucho dinero pero el vino lo vale, y el motivo también. Una cena romántica, velas, buey de kobe poco hecho, música de alguno de tus amigos como fondo. Te ves reflejado en la ventana. Te gustas. Bajas el aire acondicionado a veinticuatro y tu reloj marca las diez y media de la mañana. ¿Qué son esos ruidos? Te asomas al exterior y ves a un bedel que corre escaleras arriba. Un metro detrás suyo un guardia civil. Cierras la puerta de tu despacho pero no han pasado ni cinco segundos cuando alguien la golpea desde fuera violentamente. No sabes qué hacer. Una voz te pide que abras la puerta, se identifica como la guardia civil. Esperas disparos, gritos de "al suelo todo el mundo", esperas a Tejero diciendo que te sientes, coño. No te da tiempo a más. Abres. Tres guardias te piden que te identifiques. Preguntas qué es todo eso y a qué se debe tal atropello. Te dicen que les entregues tu teléfono móvil, tu iPhone 4 comprado en la tienda Apple de la quinta avenida de Nueva York. Te dicen que se va a proceder a un registro de las instalaciones y te muestan una orden del juzagado número cinco de la audiencia nacional. Papeles, papeles, ¿pero qué es todo esto? ¿de qué te están hablando? Lo primero en lo que piensas es en la reserva que tienes hecha a partir del lunes en el Hotel Vendome de París. Te cagas en la puta y en todos sus muertos. Pides que venga tu abogado y te ordenan que te calles. "Esto es un estado de derecho y tengo derecho a que venga mi abogado", gritas como si fueras un personaje de la tercera temporada de Ley y Orden. Te piden que te tranquilices y te piden los libros de cuentas de la sociedad. Dices que tú de eso no sabes nada y que se lo pregunten a tu secretaria. Rebuscas un valium en tu bolsillo y cuando te lo vas a tomer un agente te pregunta que qué es eso. Respondes que cianuro. "Cianuro, es lo que es. ¿Qué quiere que sea? Un tranquilizante. Qué piensa, ¿que me voy a tomar una pastilla de cianuro? ¿como si fuera Hitler? "¡Yo no soy Hitler, yo no soy Hitler!", se escucha en todo el edificio.

Lo ponen todo patas arriba. Rebuscan en tu ordenador y te preguntan por determinados nombres. "No sé de qué me está hablando", respondes una vez detrás de otra. Te dicen que te van a detener y que tendrás que prestar declaración ante el juez. Un traje de rayas, una bola atada al tobillo, unas esposas. Tu plan de pensiones de más de trescientos mil euros anuales. Envidia, este país está lleno de envidiosos. Y los peores son todos esos frikis de los ordenadores que la tienen tomada contigo. Te mareas. Necesitas que te de el aire. Te dicen que no puedes salir al exterior. "¡Necesito ir al baño!", gritas. Te acompañan. "¿Va a entrar conmigo? ¿Quiere verme la chorra? ¿Eso es lo que quiere, pervertido?". Te dicen que como no te calles te acusarán de resistencia a la autoridad. Te echas agua por la cara. Te miras al espejo. Sientes rabia e ira. Esto no te puede estar pasando a ti. Si pudieras hacer una llamada. A ti Rubalcaba se te pone al teléfono. Todos estos no son más que una panda de gilipollas y a ti Rubalcaba se te pone al teléfono. Que alguien te diga qué coño es toda esta mierda. El mundo entero se desmorona a tu alrededor. Ves toda tu vida pasando por delante de tus ojos, como si de una película colgada en youtube se tratase. Recuerdas cuando tenías pelo y la vida era en blanco y negro...



...cuando la yonki de tu ex salió en la tele contando que la primera vez que le hiciste el amor ella no se "coscó" mucho (¡qué cabrona, pegando donde más duele!)...



...cuando una panda de cretinos empezaron a manifestarse frente a la puerta de la SGAE intentando hacerte quedar mal...



Amenazas con denunciar a los agentes, al juez prevaricador que ha ordenado todo eso, a los periodistas que lo están contando, a los gilipollas que han empezado a manifestarse fuera embargados por un inmenso sentimiento de...



Besos.

Beta