miércoles, 26 de enero de 2011

Los Soprano

Hola,

Hace un par de años, cuando colaboraba con los de Soitu, publiqué una reseña de la ceremonia de los goya titulada "Noche de lisiaditos". No es, ni de lejos, lo más cafre que he escrito porque me limitaba a contar lo que todos habíamos podido ver. Al día siguiente, alguien de la Academia telefoneó a Soitu y les amenazó con no volver a acreditarles si volvían a publicar cosas como aquellas. Por aquel entonces la Academia estaba presidida por la actual ministra de cultura. Yo no le di mayor importancia, de hecho no publiqué nada al respecto, y tampoco creo que aquella llamada tuviera mucho que ver con mi salida de Soitu unas semanas después. Me ha vuelto esa historia a la cabeza cuando he leído en El País que desde el Ministerio de Cultura estaban presionando a la Academia para que Alex de la Iglesia abandone su cargo de presidente antes de la próxima ceremonia de los Goya. Me han sonado los métodos. Tengo la sensación de que alguien en el Ministerio ha visto demasiados capítulos de Los Soprano. Quizás todos aquellos que, legítimamente, defienden la llamada Ley Sinde deberían plantearse si quieren ir de la mano de personajes como la actual ministra de Cultura.


Yo, por mi parte, tengo muy clara la confianza que me inspira González Sinde cuando habla de garantías a la hora de cerrar páginas web.

Besos.

Beta

Los asesinos del router

Hola,

Sí, lo confieso. Los internautas españoles somos una pandilla de cafres. Vale, puede que los que se limitan a tener una cuenta de correo para mandar mensajitos a sus primos de Albacete no lo sean, pero los blogueros, los que se dejan los ojos viendo porno hasta las cuatro de la mañana, los que se hacen pasar por emprendedores de lo digital, los programadores, los informáticos con granos 2.0, todos somos una panda de degenerados que nos camuflamos en la red para robar, violar e insultar a honrados ciudadanos como Alejandro Sanz o los hermanos Bardem. David Bravo, por ejemplo. Tras su apariencia de abogado con gafitas que nunca ha roto un plato desayuna cada día un plato de mollejas... crudas. ¿Pablo Soto? Pablo Soto tiene un canario amarillo al que ha enseñado a cantar "Litros de alcohol" y con el que cada noche lleva a cabo espectáculos de bestialismo que graba y cuelga en la red para que se los bajen thailandeses depravados. ¿Los hermanos Encinar? Los hermanos Encinar cuentan con todo un tejido de colaboradores anónimos que se dedica a ir de restaurante en restaurante sustituyendo la sal por azucar en los saleros con el fin de estropearle las comidas a la gente. ¿Nacho Escolar? ¿Pero es que aún hay alguien que no sabe porqué le echaron de Público? ¿Fernando Berlín? Es uno de los peores, hay quien le confunde con el hermano bueno de Ricardo Bofill pero, en realidad, muchas noches telefonea a Hablar por hablar haciéndose pasar por un politoxicómano con instintos suicidas solo para rellenar minutos en el programa de su hermana. Todos, desde el primero hasta el último, estamos cortados por el mismo patrón, somos degenerados con escopeta de mirilla telescópica para hacer tiro al blanco desde la azotea.

Hace un par de semanas la tomamos con Alex de la Iglesia. Le convertimos en el anticristo. Había motivos para ello. Desde que es presidente de la Academia ha perdido más de treinta kilos, se folla a Carolina Bang y sus películas reciben quince nominaciones en los Goya. Comenzamos su linchamiento. Como si se tratara de un personaje de Balada triste, le arrojamos al centro del escenario con el culo al aire y comenzamos a lanzarle objetos. Cuando pensábamos que la humillación había sido suficiente Alex levantó su mirada ensangrentada y dejó escapar una sonrisa de malo de película que nos heló la sangre. ¡Soy Alex de la Iglesia! -gritó-. Yo rodé Acción mutante, y Mirindas asesinas, y El día de la bestia, y Perdita Durango. Soltó una carcajada que hizo estremecerse el escenario. ¿Con quién pensabais que estabais tratando? ¿Me habíais tomado por Garci? ¡Yo disfruto con todo esto, con la sangre, con el gore, con la humillación, con la exhibición de la miseria! ¿Es que acaso no habéis visto mis películas? ¡Soy uno de los vuestros. Dadme un arma y vamos a patear el culo de Alejandro Sanz! ¡Al ataque!

Besos.

Beta

lunes, 24 de enero de 2011

A por los Goya (I)

Hola,

Se acercan los Goya. Creo que voy a publicar algunos posts sobre las películas nominadas. Quizás también mencione alguna de las que no lo están.

Si yo fuera Carod Rovira (o Jordi Pujol), iría hoy mismo a casa de mi madre y trataría de recuperar cuantas fotos de mi infancia pudiera. También le preguntaría si tiene algún vídeo de cuando era pequeña, jugando con mis primos o llenándome la cara de tarta de chocolate en algún cumpleaños. Después iría a hacerme un chequeo, resignada, y le diría al médico que nada de paños calientes, que me dijera lo que me tuviera que decir, que habiéndome dedicado a la política en Catalunya es normal, que el alzheimer llega tarde o temprano y que estoy preparada para ello. Posiblemente él me miraría confuso y me preguntaría adónde voy con todos esos álbumes de fotos. Son para la película que harán sobre mi vida, contestaría yo.

Existe un nuevo género en el cine (en el cine español concretamente): el género de películas sobre políticos catalanes con alzheimer. Hace un par de años Albert Solé se llevó el goya al mejor documental por Bucarest, la memoria perdida. Este año Carles Bosch aspira a hacer lo mismo con Bicicleta, cuchara, manzana. Espero que no lo consiga. Bucarest... estaba bien, era una crónica del antifranquismo en la que aparecían las miserias del PCE y alguna de sus grandezas. Además era una peli bastante emocionante, hecha con amor, con ese amor que un hijo que no ha escrito un blog titulado Mi padre es idiota le tiene a su progenitor. Por el contrario, Bicicleta, cuchara manzana no es más que un publireportaje destinado, supongo, a recaudar fondos para la Fundación Maragall contra el alzheimer. Lo único interesante son dos secuencias: una en la que Maragall se encara con un tío que va en motocicleta al que le grita que está prohibido subirse a las aceras con la moto como si de un guardia urbano e tratara, y otra en la que se cuela en su antiguo apartamento newyorkino al grito de "yo fui alcalde de Barcelona" ante la atónita mirada de su actual inquilino. Tampoco está mal ver cómo se encapricha de una foto de Obama a tamaño real con la que un tipo intenta sacarse unos dólares en medio de la euforia de la noche de las presidenciales. Yo fui alcalde de Barcelona y tengo un puñado de dólares para ti, negrito, con los que te podrás comprar una bolsa de cacahuetes antes de regresar a Harlem. No hay mucho más. El resto se puede ver en cualquier documental de la 2 mientras te echas una siesta después de comer.

No va a tener fácil ganar. Compite contra dos documentales más sobre enfermedades, una niña enferma de autismo y Norman Foster enfermo de su propio ego. También compite contra Ciudadano Negrín. Negrín fue presidente del gobierno republicano durante la guerra. Hablaba siete idiomas, se licenció en medicina a los veinte años, estuvo becado en Alemania y en Estados Unidos, donó parte de su sueldo para que alumnos como Severo Ochoa pudieran dedicarse por completo a la investigación. Perdío una guerra, fue expulsado de su propio partido y murió en el exilio con bastantes apreturas económicas. Si a día de hoy le dieran un goya preguntaría: ¿Estás de broma?

Besos.

Beta

martes, 18 de enero de 2011

Actrices

Hola,

El pasado viernes estrenaron en el plus una serie sobre actrices. Actrices españolas hablando sobre sí mismas sin demasiado que decir. Aguanté diez minutos, no me interesó. Aunque he intentado mantenerme alejada de ellas, he conocido a algunas actrices. No me ha ido bien. Al principio resultan tentadoras pero nadie en su sano juicio debería liarse con una actriz. Es cierto que quizás mi muestra no sea lo suficientemente representativa pero creo no equivocarme demasiado si afirmo que las actrices están como putas regaderas. En su desequilibrio juegan un papel importante las escuelas de interpretación. Nadie que haya pasado por Cristina Rota o Juan Carlos Corazza puede aspirar un mínimo equilibrio mental. El lema de estos sitios es: has venido aquí a aprender a expresar sentimientos con convicción así que te vamos a dar por el culo lo suficientemente duro como para que no se note que estás fingiendo.

De entre todas las actrices, resultan especialmente peligrosas las "actrices con gato". Si alguna vez te lías con una actriz y cuando llegas a su casa te topas con un gato que te mira desconfiado desde su sillón (sí, tendrá un sillón para su uso exclusivo) no lo dudes: sacúdete los pelos del animal que se te hayan quedado pegados al culo al acomodarte en el sofá y sal corriendo. Corre como si escaparas de una explosión nuclear, corre como si te fuera la vida en ello, corre sin mirar atrás y no te detengas hasta que sientas que el estómago está a punto de escapársete por la boca.

Si, ya por lo general, la gente que vive con gatos es altamente sospechosa, las actrices con gato lo son mucho más. Los gatos juegan en su vida el papel de novio, de confidente, de compañero de juergas, de padre y de Dios vengador al mismo tiempo. Lo son todo, están adiestrados para ello. Los gatos que viven con actrices saben cómo soportar besos y eufóricos abrazos que, instantes después, se convierten en llanto mientras sus dueñas se derrumban repitiendo una y otra vez lo sensibles que son. Los gatos que viven con actrices han desarrollado una memoria prodigiosa a base de escuchar cientos de veces repetida en distintas entonaciones la frase del guión que sus dueñas se intentan aprender. Los gatos que viven con actrices han desarrollado también una expresividad tal que, con una simple mirada, pueden hacer entender a sus dueñas que el whiskas se lo va a comer tu puta madre porque yo lo que quiero son unas gambas al ajillo como las que me diste ayer. Todo esto lleva a los gatos a ejercer un poder omnímodo sobre sus dueñas que convierte a estas en marionetas desquiciadas con un alto componente tóxico para quien se atreve a cruzarse en su camino.

Avisados estáis.

Besos.

Beta

Pdta: Los actores no son muy distintos. Hace unos meses conocí a uno que se jactaba de meter a escondidas la polla en la mermelada de tres euros de la que se había encaprichado su compañero de piso con el argumento de que tal dispendio les desequilibraba el presupuesto.

miércoles, 12 de enero de 2011

La pulsera

Hola,

No me gusta la naturaleza y creo que yo a ella tampoco. No me gustan los maremotos, ni los volcanes en erupción, ni las serpientes que acechan debajo de las piedras para inyectarte su veneno, ni la jauría de monos con el culo rojo dispuestos a violarte en el momento que te adentras en la selva, ni los perros, ni los gatos, ni las moscas, ni las cucarachas, ni las palomas. No me gusta el turismo rural ni quiero que me regales un fin de semana en una cuadra reconvertida en posada al norte de la provincia de Avila. No quiero morir de neumonía, ni meterme en la cama con los pies helados, ni cenar sopas de ajo, ni ponerme de mierda hasta los tobillos porque he tenido que ir a buscar los huevos al gallinero. ¿Entendido?

Parece que sí. Estas navidades Sonia me ha regalado unas botas altas para excitarse mientras me ve pasear vestida únicamente con ellas, "Fleurs" un disco de Franco Battiato de 1999 que si yo hubiera conocido antes habría pirateado sin el menor atisbo de culpa, la Moleskine del 2011 y un juego de la Wii que me pondrá al nivel de Fernando Alonso en lo que a conducción de coches de Fórmula 1 se refiere.

Por su parte, mi madre me ha regalado una pulsera Power Balance. Mi primera reacción ha sido la esperada: gritar desesperadamente como si fuera Al Pacino sosteniendo el cadáver de Sofía Coppola en la tercera parte de El Padrino.

¡¡¡¡¡Noooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!!!!!

Ella me mira con cara de no entender nada y me pregunta sorprendida si no me gusta. Yo pienso que si fue capaz de creerse aquello de las armas de destrucción masiva por qué iba a dudar de los efectos terapéuticos de la pulsera. Me la pongo, no quiero parecer desagradecida, aunque sé que la pulsera se irá a la basura en el momento que yo salga por la puerta. Unos minutos después se obra el milagro, me llega un mensaje al móvil con el siguiente texto: "He soñado contigo". El mensaje no es de una amiga cualquiera, es de una de esas amigas que está superbuena, a la que deseaste enfermizamente durante mucho tiempo y a la que trataste de olvidar después de que ella te dejara claro que no quería nada contigo. Te quedas confusa. Sonia te pregunta de quién es el mensaje y tu respondes que no es más que publicidad de Orange y, cuando no te ve, tecleas una contestación rápida: "Qué has soñado?". Intuyes cuál es la respuesta. Si ella hubiera soñado que eras descuartizada por un ejército de alienígenas vestidos con camisetas del Rayo Vallecano no te habría escrito para contártelo. Probablemente, si lo ha hecho, es porque el sueño no iba por allí. Silencias el móvil para que Sonia no vuelva a preguntarte quién te escribe en caso de recibir un nuevo SMS. Esta vez te llega un mensaje mucho más detallado: "He soñado que follábamos sin parar. La primera vez lo hacíamos en la furgoneta de Loquillo y yo conseguía que te corrieras muchas veces". El móvil te abrasa las manos y lo arrojas al suelo. ¿La furgoneta de Loquillo? No entiendes nada. ¿Qué coño se contesta a eso? ¿Deberías borrar el mensaje? ¿Ha sido la Power Balance? ¿Estás dispuesta a vivir una doble vida? Las navidades las carga el diablo.

Besos.

Beta