Urdangarín

Hola,

Un coche con lunas tintadas aparca frente a la sede del gobierno balear. Se bajan Urdangarín y un guardaespaldas con gafas negras. Un par de viejas murmuran que si es el príncipe. El duque entra en el edificio y pregunta por el despacho del presidente. "President, está aquí el duque de Palma", anuncia el interfono. Matas se levanta en el preciso instante en el que se abre la puerta de su despacho y aparece el marido de la infanta Cristina. "¡Majestad!", dice Matas. "Alteza, con alteza es suficiente -responde Urdangarín- ¿Sabes a lo que he venido, no?". Matas asiente con la cabeza, se arrodilla, abre la boca y se dispone a bajar la bragueta de su invitado. "¡Idiota, a eso no!", interrumpe Urdangarín. "No... (pausa), ¿no se habrá pensado que... -dice Matas ruborizado-. En realidad me he agachado a recoger una moneda de dos euros que había en el suelo...". Urdangarín pone cara de "este tío es aún más gilipollas de lo que pensaba" y comienza a hablar de algo llamado el Instituto Noos y de la necesidad de cooperar en determinados asuntos con el gobierno de las islas. Matas asiente como si se estuviera enterando de algo pero como no es así se dispone a llamar a su secretaria para que tome nota por escrito. Urdangarín le dice que esas cosas es mejor hablarlas de un modo confidencial y Matas trata de concentrarse. Cinco minutos más tarde Matas parece haber entendido cuales son las intenciones de Urdangarín. "Majestad, cuente conmigo para lo que sea necesario", dice. Estrechan sus manos y se dirigen hacia la puerta del despacho. Antes de despedirse Urdangarín susurra: "por cierto Jaume, que eso de antes... es que la infanta se niega a hacerme ese tipo de cosas", y se saca la polla. Matas se arrodilla y chupa.

Besos.

Beta