Memoria selectiva

Hola,

Ayer, mientras hacía cola para pagar en el Zara, me encontré con un antiguo novio (es lo que tienen los precios en libras, que cuando vuelves a casa te resarces con el primero que pasa). El caso es David, que así se llama, pareció alegrarse mucho al verme y me invitó a que nos fuéramos a tomar algo. Charlamos durante un rato y me enteré de que se ha casado (el pobre) y que su mujer está esperando un hijo (la pobre). El es cuatro años mayor que yo. Fue mi primer amor de la carrera (yo empezaba y él terminaba) y duramos cinco meses aproximadamente. Ese fue el tiempo que necesité para darme cuenta de que no era más que un celoso patológico con ínfulas de sabelotodo. Prometía mucho pero a día de hoy no ha sido capaz de despegarse de la empresa familiar que dirige su padre.

El caso es que en un momento dado me preguntó de sopetón si alguna vez pensaba en él. Fui sincera y le respondí que no. Pareció sentirse decepcionado. Le devolví la pregunta y me contestó que él sí que se acordaba de mí y que últimamente eso era algo que le sucedía bastante a menudo. Le pregunté a qué se debía y me dijo que no lo sabía. Yo me permito dudar que sea cierto. Le dije que esperaba que si de verdad pensara en mí lo hiciera sin demasiado odio, ya que fui yo quien le plantó de la noche a la mañana y sin demasiadas explicaciones. Me respondió que solo recordaba las cosas buenas aunque yo no recuerdo qué cosas buenas hubo en nuestra relación. "¿Hubo cosas buenas?", le pregunté. Otra vez pareció sentirse decepcionado y me contestó que claro que las hubo. "¿Qué cosas?", insistí. Según él, últimamente "se acuerda mucho de nosotros dos follando". Ruido de sirenas de alarma en mi cabeza: Pajillero a la vista. También me dijo que conserva algunas fotos que me hizo en las que aparezco medio desnuda (putas cámaras digitales).

Es curioso cómo manipulamos nuestra propia memoria porque yo de todo aquello solo conservo un recuerdo bastante deprimente. Me sorprende que a él no le pase lo mismo.

Besos.

Beta