sábado, 8 de febrero de 2014

Habla la Infanta

Transcripción oficial de la declaración de SAR Infanta Cristina de Borbón 
con motivo de la causa Palma Arena  

José Castro, Juez.-  Buenos días, comenzamos la toma de declaración. Se abre el turno de preguntas de la fiscalía.
Fiscal.- Con la venia. Seré breve. Alteza... ¿está usted bien?
Cristina de Borbón.- Sí.
Fiscal.- No hay más preguntas. Creo que ha quedado claro que Su Alteza Real no tenía constancia de las maniobras de su marido al frente del Instituto Noos objeto de la presente causa.
Juez.- Bien. Es el turno de la acusación particular.
Abogado Manos Limpias.- Con la venia. Es usted Cristina de...
Abogado Defensor.- ¡Protesto!
Juez.- ¿Por qué? Si todavía no ha formulado la pregunta...
A.D.- Más vale prevenir.
Juez.- Denegada. Dejemos que la acusación formule las preguntas que considere oportunas.
A.D.- ¡Protesto!
Juez.- ¿Por qué?
A.D.-  Por animadversión manifiesta, señoría, si continúa usted permitiendo semejante interrogatorio nos veremos en la obligación de pedir su recusación.
Juez.- Señor Roca, está usted en su derecho de solicitar mi recusación pero no de impedir que la acusación formule las preguntas que considere oportunas. La acusada tiene la potestad de declarar o no hacerlo pero este juez tiene la obligación de permitir el desempeño de las partes. Así que le ruego que permita a la acusación particular formular las preguntas que considere oportunas.
A.M.L.-  Bien, repito la pregunta... ¿es usted  Doña Cristina de Borbón?
Juez.- A ver abogado, es evidente que es Doña Cristina de Borbón, no entiendo a dónde quiere ir con esa pregunta.
A.M.L.- Señoría estoy intentando determinar si la acusada es la lista o la tonta de las infantas porque si es la tonta nos podríamos creer que no se enteraba de los chanchullos de su marido, pero si es la lista...
A.D.- ¡Protesto! No se está juzgando el coeficiente intelectual de mi defendida.
Juez.-  Señores, esto es un sin Dios así que me parece que voy a tomar yo las riendas del interrogatorio. ¿Estaba usted al corriente de las actividades de la empresa Aizoon de la que era propietaria?
C.d.B.- ¿Ein?
Juez.- ¿Perdone?
C.d.B.- Eeeeestoooo ¿me podría repetir la pregunta?
Juez.- Que si estaba usted al corriente de las actividades de la empresa Aizoon de la que era socia junto a su marido el señor Urdangarín.
C.d.B.- ¿Pero a qué se refiere exactamente?
Juez.- ¿Conocía usted, por ejemplo, el contrato de arrendamiento de su casa de Pedralbes a la empresa Aizoon en el que usted figura como arrendadora y arrendataria?
C.d.B.- ¿Me lo repite?
Juez.- Que si conocía usted el contrato de arrendamiento de su casa de Pedralbes a la empresa Aizoon.
C.d.B.- Me creo que no.
Juez.- Pero es su firma la que aparece, ¿no?
C.d.B.- No lo sé. ¿Puedo verlo?
(Un funcionario acerca a la infanta el documento a la infanta y se lo muestra. Ella lo observa y no dice nada)
Juez.- ¿Es esa su firma?
C.d.B.- ¿Esta de aquí?
Juez.- Sí, la única que hay.
C.d.B.- Se trae un aire a la mía pero no estoy segura.
Juez.- ¿Me está usted diciendo que no firmó usted ese documento?
(La infanta mira a sus abogados y rompe a llorar)
A.D.- ¡Ve usted lo que ha conseguido! Su alteza ha venido aquí a colaborar con la justicia y ¿es así es como usted se lo agradece? Señoría, le pido humildemente que no someta a mi defendida a semejante trato vejatorio.
Juez.- ¿Realizó usted compras personales a cargo de la tarjeta de la empresa Aizoon?
A.D.- Señoría, ¿es esto necesario?
Juez.- Me temo que sí.
A.D.- Alteza, tranquilícese. A ver, ¿qué hemos quedado que había que responder si el juez nos preguntaba por la tarjeta?
C.d.B.- No me acuerdo.
A.D.- Lo de Iñaqui... que esas compras las hacía...
C.d.B.- ¿Que las hacía él?
A.D.- Muy bien.
Juez.- Pero al parecer había tarjetas de crédito a nombre de usted y de su marido y esas compras están hechas con la tarjeta que estaba a su nombre.
A.D.- Señoría lo que mi defendida quiere decir es que tanto la emisión de esa tarjeta como las compras que se hicieron con ella fueron parte de una estrategia del señor Diego Torres para quebrantar la monarquía española. Se lo digo con conocimiento de causa y como ponente que fui de la Constitución incluido su título segundo.
A.M.L.- ¡Protesto!
Juez.- ¿Por?
A.M.L.- Divagatoria.
Juez.- ¡Jesús! Señores letrados me gustaría recordarles que esto no es ni un juicio ni una película norteamericana de las que le gustan al fiscal...
Fiscal.- Gracias señoría.
Juez.- ... Sino que esto no es más que la toma de declaración a una imputada y que aún estamos en la fase de instrucción.
C.d.B.- Señor, tengo pis.
Juez.- ¿Cómo?
A.D.- Señoría mi defendida solicita permiso para ir al baño.
Juez.- Hacemos un receso de cinco minutos.
(Diez minutos después se reanuda la toma de declaración. Vuelve a ser el juez quien haga uso de la palabra).
Juez.- Quisiera saber si, además de firmar la cuentas o hacer uso de la tarjeta de Aizoon estaba usted al corriente de las actividades de la empresa.
C.d.B.- De las actividades no. Yo siempre he confiado en mi marido.
Juez.-  Me quiere decir usted que cuando su marido, en nombre de Aizoon firmó contratos en el Palacio de Pedralbes ¿lo hizo sin que usted se enterara de nada?
C.d.B.- De nada señoría. Se lo juro.
Juez.- Tampoco sabe nada de la reunión de su marido, su padre, la alcaldesa de Valencia ni el presidente de la Comunidad Valenciana, el señor Camps.
C.d.B.- No sé quiénes son esas personas.
Juez.- ¿No sabe quién es su padre?
C.d.B.- No a ciencia cierta. Ya sabe que la familia Borbón siempre ha sido un putiferio.
Juez.- ¿Era usted conocedora del hecho de que la empresa Aizoon, la empresa de la que usted era dueña al cincuenta por ciento, servía para blanquear dinero público procedente del Instituto Noos?
C.d.B.- Uy no, no. ¿Cómo iba yo a saber esas cosas?
Juez.- Pues porque firmaba las cuentas.
C.d.B.- ¿Seguro que era yo?
Juez.- Sí.
C.d.B.- No me acuerdo, la verdad.
Juez.- Pero sí sabrá que en su casa había servicio doméstico.
C.d.B.- Sí, claro, yo no soy tonta.
Juez.- ¿Y sabía que ese servicio doméstico estaba contratado por Aizoon?
C.d.B.- Yo nunca me he metido en las cosas particulares de los criados.
Juez.- ¿Medió usted ante su padre para conseguir contactos para las actividades de su marido en Aizoon?
C.d.B.- No lo recuerdo.
Juez.- ¿Conoce usted al señor Jaume Matas?
C.d.B.- No, ni idea, así por el nombre no me viene ahora mismo a la cabeza. Quizás me lo hayan presentado pero a mí me presentan a mucha gente y no me puedo acordar de todos.
Juez.- ¿Por qué participó usted en la creación de Aizoon si no iba a tener ninguna participación en la sociedad?
C.d.B.- Ni idea.
Juez.- ¿No sabe por qué creó una empresa que, a la postre resultó ser una empresa tapadera con fines defraudatorios?
C.d.B.- En este momento no me viene.
Juez.- Es usted consciente que el desconocimiento de las leyes no exime de su cumplimiento.
C.d.B.- ¿Qué es exime?
Juez.- Disculpa.
C.d.B.- Tranquilo, está usted disculpado.
Juez.- No le he pedido disculpas, le he dicho que exime significa disculpa.
C.d.B.- ¿De verdad?
Juez.- Sí. ¿Porqué iba yo a engañarla?
C.d.B.- No lo sé, parece usted buena persona pero mi madre siempre me dice que no debemos fiarnos de las apariencias.
Juez.- Ya veo que hay muchas cosas de las que no se acuerda pero... ¿se acuerda de algo relacionado con Aizoon?
C.d.B.- No me viene.
Juez.- Esto es como hablarle a las paredes. ¿Los señores del Frente Cívico tienen alguna pregunta?
F.C.- ¿Dónde está el dinero?
C.d.B.- No lo sé, nosotros ahora vivimos en Suiza y no tenemos conocimiento de estas cosas.
F.C.- Se lo han llevado a Suiza.
C.d.B.- No le voy a decir ni que sí ni que no.
F.C.- ¿Ha tenido usted la oportunidad de leer los correos de su marido en los que figuran sus actividades al frente de la empresa Aizoon así como sus supuestas infidelidades?
C.d.B.- No me ha dado tiempo.
F.C.- ¿Confía usted en su marido?
C.d.B.- Al ciento por ciento. Y todo eso que se ha dicho de que me ha sido infiel es falso porque cada noche le huelo los calzoncillos a ver si huelen a choto y nunca se ha dado el caso.

Juez.- Madre mía. 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me mondo.
Pero eso de protesto le resta verosimilitud, es demasiado de peli americana.

Perri M. dijo...

Cualquier parecido con la realidad es.....PURA VERDAD.
Como siempre, mordaz y genial.

Ateo666666 dijo...

Y todo ello lleva a una cruda pero muy cierta reflexión. El grado de degradación mental que ha mostrado nuestra infanta no es accidental, ha sido el resultado largamente trabajado de docenas de matrimonios entre primos más o menos lejanos durante siglos, mezclándose por tanto una y otra vez los mismos cromosomas para acabar dando como resultado el experimento genético natural que observamos en la actualidad, el conjunto de cuasideficientes mentales que nos reinan con el insigne Borbón a la cabeza. http://diario-de-un-ateo.blogspot.com/2012/04/monarquia-y-sanidad.html

Juli Gan dijo...

Jaaaajajaja. Lo malo es que seguro que se parece demasiado a la realidad.