domingo, 5 de julio de 2009

Un día en las carreras

Hola,

Los caballos son mamíferos de cuatro patas que aparecen en las películas del oeste y a cuyos lomos se suben unos señores con plumas llamados índios. Stop. Hasta ahí llega toda mi sabiduría sobre el mundo del caballo. Sin embargo, me han recomendado que visite el hipódromo de Buenos Aires "Tienes que ir al hipódromo y cenar mientras apuestas en las carreras. No puedes ir a Buenos Aires y no pasar por el hipódromo". Obedezco porque lo de las apuestas no suena mal.

Creo que en Buenos Aires hay dos hipódromos pero el que a nosotras nos pilla más a mano es el de Palermo. Las carreras son desde las dos y media hasta las diez de la noche.

A las puertas del hipódromo unos vendedores nos ofrecen una revista sobre caballos al precio de dos pesos, pero nos las damos de listas y pasamos de largo. Nuestra primera sorpresa es que para entrar en el hipódromo no hay que pagar entrada. La segunda es que no hay señoras con pamela sino que el público lo componen, en su mayoría, tipos sacados de una película de Elia Kazan de los cincuenta con cierto aire malévolo (o como dicen aquí "malevo"). Lo primero que nos encontramos es una especie de plazoleta alrededor de la cual los caballos dan vueltas para ser mostrados al público. No entendemos mucho pero el número nueve es mucho más alto que los demás. "Hay que apostar al nueve, tengo una corazonada". A unos metros hay una cabina en la que se recogen apuestas.

- ¿De cuánto es la apuesta mínima?
- De un peso.
- ¿Y la máxima?
- De lo que usted quiera.
- Pues... diez pesos al número nueve. ¿Sabe usted cómo se llama el numero nueve?
- No lo sé. Esa información viene en las pantallas.

Cinco minutos después escuchamos por los altavoces que comienza la carrera. Nosotras no vemos nada. Subimos corriendo a una tribuna para tener mejor perspectiva. Finalmente vemos asomar una nube de polvo a lo lejos. Allí están. Allí vienen. ¿Cuál es el número nueve? Ni idea. Por la megafonía dicen que el cuatro va en cabeza seguido por el siete y que el seis viene por fuera. ¿Y el nueve? ¿Porqué no dice nada del nueve? Los caballos cruzan la meta y no nos hemos enterado de nada. Ni siquiera cuando han terminado logramos distinguir cuál es el número nueve ni en qué puesto ha quedado. Decepción. Le preguntamos al señor que está a nuestro lado que quien ha ganado y nos dice que el siete. "Mierda", decimos al unísono.

-¿Por cuál habían apostado?.
- Por el nueve.
- Pero si el nueve se pagaba a 37 pesos. Era el que más se pagaba. Ese no tenía ninguna "chance".

Nos preguntamos cómo sabrá este hombrecillo a cuánto se pagaba el nueve y nos muestra una enorme pantalla donde aparecen reflejadas las apuestas. Somos tontas. Hemos apostado al que nadie quería. Nos hemos dejado llevar por el aspecto del caballo y todo el mundo sabe que la belleza de las personas y de los caballos está en el interior. Además, por lo que acabamos de comprobar, los caballos altos son los más torpones. Habría sido mejor apostar a uno de los chiquitillos, que seguro que son más ágiles y rápidos.

El tipo de nuestro lado estudia un panfleto. Le preguntamos qué es y nos dice que es el programa del día. Le preguntamos dónde lo ha comprado y nos muestra el mostrador donde los reparten. Corremos a por un ejemplar y... ¡eureka! aquí vienen todos los datos que necesitamos. Vienen los nombres de todos los caballos, los nombres de sus jinetes, sus cuadras... Hemos apostado a ciegas pero ahora las cosas van a cambiar. Nos estudiamos ansiosas los caballos de la siguiente carrera, la décima.

El número uno se llama Horse on fire. Ese es nombre de caballo ganador. Según nuestro panfleto pertenece a una cuadra llamada Doña Coty. Doña Coty tiene nombre de protagonista adinerada de culebrón. A mí me gusta pero a María no. Ella duda entre el ocho, Anjiz ciclón, el siete Class road y el diez Macho Tauro. "No cojas a Anjiz ciclón porque es el que menos se paga. Si ganas te darán dos pesos por cada peso apostado y será casi como si no hubieras ganado". Ella duda, necesita más información. Me dice que vayamos a ver si son grandes o pequeños. Corremos hasta la plazoleta donde se muestran los caballos. Horse on fire ya no está pero sí vemos al número ocho.


El jinete es un enanito. Yo siempre he tenido la teoría de que las personas bajitas se gastan muy mala hostia pero no sabemos si, en este caso, eso es bueno o malo. María no está convencida. Se nos acaba el tiempo. Vuelta al mostrador de apuestas. "Veinte pesos para Horse on fire. Es el número uno. Gana seguro", digo yo dándomelas de entendida. "Veinte pesos a Macho Tauro, el diez, pero verás como el que gana es el ocho", dice ella nada convencida.

Regresamos hasta la tribuna y a esperar. Anuncian el comienzo de la carrera por la megafonía. "Partida de la décima carrera. A la cabeza el número uno, seguido del nueve y el cuatro (...)". ¿Ha dicho el uno? ¡El uno es el mío! "El cuatro en cabeza y tras él, el ocho y el nueve que avanza por fuera. El nueve se pone en cabeza seguido del ocho. El nueve con medio cuerpo de ventaja. El nueve domina con claridad. El nueve se impone con gran superioridad seguido del ocho".

- ¿Ha dicho que ha ganado el ocho?
- No, ha ganado el nueve.
- Pero algo ha dicho del ocho.
- Ha ganado el nueve y el ocho ha sido segundo.
- ¿Ves? Te lo dije. Tenía que haber apostado al ocho.
- No habrías ganado nada, ha quedado segundo.
- Seguro que algo me habrían pagado. Te dije que ganaría el ocho.
- El mío ha empezado el primero.
- Tenía que haber apostado por Anjiz Ciclón. Tenía una corazonada. ¡No vuelvo a hacerte caso!
- Oye, no la pagues conmigo, que yo no te he obligado a nada.

María me arrebata el programa de un tirón.

- No tienes ni puta idea. La próxima no me digas nada y déjame apostar a quien yo quiera. (Escudriña la lista con atención) No hemos tenido en cuenta cuáles habían sido sus últimos resultados, ese ha sido el problema. Veamos... en la siguiente... No hay ninguno que haya ganado antes pero Glorioso Bell ha quedado varias veces segundo y tercero.

¿Glorioso Bell? ¿Va a apostar a un caballo llamado Glorioso Bell? Yo no pienso decir nada pero eso sí que es no tener ni puta idea. A mí me gusta un tal Embelesado, que pertenece a una cuadra llamada "Las dos nenas", pero está claro que Embelesado tampoco es nombre de caballo ganador. La cosa está entre Old Tradford, que es un nombre que me suena no sé porqué, y Lovely Smile. Es evidente que tiene que ser un nombre inglés. Los ingleses tienen mucha tradición de caballos y estoy segura de que el primer requerimiento de un caballo ganador es tener un nombre inglés. Además, la carrera anterior la ha ganado un tal Mellow Price con lo que se confirma que mi teoría es cierta.

- ¿Cuánto vas a apostar?
- Cien pesos.
- ¿Estás loca?
- Cien pesos no son ni veinte euros.
- Tía, has perdido la cabeza. No tenemos ni puta idea de caballos.
- Tú, no tienes ni puta idea. Yo dije que en la anterior ganaba el ocho y quedó segundo.
- Haz lo que te de la gana.

Volvemos al mostrador de apuestas. María apuesta cien pesos a Glorioso Bell. Está loca pero yo no pienso discutir. Yo apuesto ochenta a Lovely Smile.

Los caballos se van hasta la línea de salida y nosotras decidimos que, esta vez, nos acercaremos a una de las pantallas de televisión porque es la única forma de ver la carrera enterándote de algo.


Le pregunto si se ha fijado en cómo iban las apuestas. Se golpea la frente y grita que... ¡no! Yo tampoco. ¡Error!

- Glorioso, número cuatro dónde estás... ¡seis pesos! El mío a seis pesos. ¿Y el tuyo?

Un escalofrío me recorre el cuerpo. Confirmo que mis ojos no me engañan. ¡¡El puto Lovely Smile se paga a 116 pesos!! ¿Pero a qué caballo he apostado, a uno con tres patas? ¡¡¡Mierda, mierda y mierda!!! Me he puesto nerviosa con tanto tú no tienes ni puta idea y no he mirado cómo iban las apuestas. ¡¡¡Ciento dieciséis pesos, no tengo ninguna oportunidad!!! "Míralo por el lado bueno -me consuela María-. Si ganas te llevas... ¡¡ocho mil pesos!!". ¿Ocho mil pesos? Los ojos se me abren como platos. ¿Eso cuántos euros son? ¡Más de mil quinientos euros! ¡¡¡Dios!!!

"Largada de la undécima carrera. El ocho y el cinco pelean por la cabeza seguidos por el cuatro y, un poco más alejado, el catorce". María está casi colgada de la pantalla. Yo prefiero no mirar. Puto Lovely Smile, nunca olvidaré tu nombre. "Quinientos metros para el final con el ocho, el cinco y el catorce en cabeza. El cinco comienza a perder fuerza mientras el catorce se destaca. El catorce con dos cuerpos. El catorce con cinco cuerpos de ventaja. ¡Victoria contundente del catorce con más de cinco cuerpos de ventaja sobre el ocho y el diez!".


"¡Jamelgo de mierda, que no sirves ni para filetes!", le grita María a la pantalla ante la mirada estupefacta de un grupo de tíos. Yo, desconsolada, me llevo las manos a la cabeza. El suyo ha quedado séptimo y el mío ha sido penúltimo.

- ¿Cuánto hemos perdido?
- Cien, ochenta, más cuarenta, más diez de la primera... doscientos treinta pesos.
- ¿Y eso cuánto es?
- Algo más de cuarenta euros.
- Pfff ¿cuarenta euros? Como una cena barata en Madrid. ¿Nos vamos a cenar?
- Si, pero no aquí, yo paso del hipódromo y de los putos caballos. No vuelvo, yo aquí no vuelvo.
- Tranquila, tampoco creo que te fueran a dejar entrar-, digo yo.

Besos.

Beta

23 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parto contigo.

Joana

Anónimo dijo...

Hola Beta...muy divertido el post...no he parado de reirme!!!

Yo creo que estaría tan perdida como vosotras, bueno creo que más!!! :D

Hablan mucho de la gripe A en Argentina...de verdad está tan chunga la cosa?? Si es así, tened cuidado!!

1beso, Mai :P

Anónimo dijo...

jajaja que bueno, si es que solo hay que apostar cuando se sabe de que va!!!

Cris

Andrea Carolina dijo...

me he reido tanto....

Enif dijo...

Escribres genial! Me ha encantado la historia :) Maldito Lovely Smile, eh? Por cierto, Old Trafford es el estadio del Manchester United (futbol, inglaterra) a lo mejor te sonaba de eso.. no sé.

Besos!

Yzü

Anónimo dijo...

Joder, :D :D :D, ha sido el mejor post de tu blog desde hace nisecuanto.

enhorabuena...

Sara dijo...

Tu novia es la caña.

ninfffff dijo...

Beta Bukowski

Mary Sánchez dijo...

jajajaja no te puedes imaginar lo que me he reido con el post! jajaja todavia estos muerta de risa! me han entrado unas ganas de apostar! tiene que ser la caña, aunque la verdad a mi me pasaria lo mismo o inclusive perderia más dinero que vosotras.

Saludos y besos ;)

japogo dijo...

Jajaja. Ya tienes experiencia para cuando vuelvas a Madrid y lo intentes en el Hipódromo de la Zarzuela.

Blanca Oraa Moyua dijo...

que atrevida eres!

Nacho dijo...

Muy bueno, más que a la película de los hermanos Marx, me ha recordado la mítica escena de My Fair Lady, cuando Elisa Doolittle va al hipódromo (Vamos, Dover, mueve ese cochino culo!)

pequeño rock and roll dijo...

Estas cosas son una puta viciada...yo, al menos, empiezo y no se parar (y que quede claro que no soy ludópata, jejeje)

Me ha gustado tu teoría a cerca de la gente pequeña.
Yo también la tengo!He podido comprobarla y afirmo que es la mala hostia la que no les ha dejado crecer más.

saludos

Cris dijo...

buenisima la historia no he parado de reirmeeee!!!

ninfomaniaca dijo...

si ke te has divertido con lo de las apuestas verdad...a mi me parecieron un tanto gordos los enanines d tus fotos, y concuerdo con muchos por aqui hace mucho q no te leia algo tan gracioso, sera q tu vida madrileña cada vez se vuelve mas d adulta y dejas d lado la diversion.

beta te amo

Sil Machado dijo...

Beta, sos lo más...
Desde hace un año leo tu blog. Hasta hace poco vivía en baires y ahora en Misiones, la tierra colorada de las Cataratas. Tal vez por eso de que visitas mi aldea, tus post sobre Argentina (la de los porteños de esta city en realidad)me matan...!
Brillante y milimétrica tu observación de la esencia rioplatense, pero con este del hipódromo (y amo los caballos desde que asistía -en un pueblito chiquitito de Corrientes- a las llamadas "carreras cuadreras")me pareció estar no solo ante una narración plena, sino a la radiografía acelerada de cómo transformarse en adicto a la timba burrera!
Leíste al Negro Fontanarrosa?
Insisto, sos lo más...!
Besos y éxitos...!

Mr Blueberry dijo...

Muy buena historia...

Pasa mucho que la gente se pique al apostar, en temas en los que no tiene mucha idea...

Mucha envidia de tu viaje por Argentina

Avatar Kamian dijo...

jeje, espero ansiosamente algún libro tuyo, ojalá te pase muchas cosas interesantes en tu vida para que tengas de donde alimentar tus historias, por que de verdad tienes talento para enganchar con tu narrativa.

Saludos desde Colombia, ojalá algún día te decidas venirte por estas tierras, seguro tendrías mucho sobre que escribir. ;)

insider dijo...

Título de la película:
Un día en las carreras.
Protagonistas:
Tú, Groucho.
María, Harpo.

Anónimo dijo...

¿¿¿¿"Cena barata en Madrid por 40 euros"???? ¿Por persona? ¿ En total? Deja que te diga que en Madrid aún se puede cenar por menos de 40 euros, claro que no creo que ni sepas dónde. ¿Por qué no publicas los comentarios que dejamos la gente que nos pareces burlar y cutre? Siempre nos "vetas" a los que opinamos en tu contra, ¿qué ocurre?, ¿te da miedo que saquemos a la luz tu mediocridad?

Anónimo dijo...

Beta, otro consejo: los "tebeos" de Inodoro Pereira, del Negro Fontanarrosa. Los puedes encontrar en cualquier libreria y son fantásticos.

Que disfrutes de lo que te queda de viaje

Beta dijo...

Mai, la gente empieza a tener bastante pánico por la gripe. El caso es que hasta las elecciones se habían ocultado los datos de contagiados y de muertos y tras las elecciones las cosas se han disparado. Ahora en los lugares públicos se ve a mucha gente con barbijo (mascarilla).

Angry, me alegra que así haya sido.

Yzu17, Igual era por eso lo de Old Trafford... el fútbol no es lo mío.

Sara, tu también lo ves? :P

Pi, exagerado

Japogo, en Madrid no creo que vaya al hipódromo. No más carreras de caballos.

Ninfomaniaca, en Madrid tb me lo paso bien pero las vacaciones son las vacaciones.

Sil, me he comprado un par de libros con tiras de Fontanarrosa. Me sonaba su nombre pero no he leído nada suyo.

ANónimo, (el que comenta dos por encima mío). Si te censuro es para no dejarte en evidencia por lo lerdo que eres.

Anónimo, he visto un libro que es todo Inodoro... he dudado si comprarlo. Posiblemente me anime aunque es un tocho y me pesará mucho en la maleta. Gracias por la recomendación.

Carlos dijo...

Creo que todos hemos tenido alguna experiencia con apuestas similar a la que describes, y de ahí a la ludopatía hay pocos peldaños. Muy divertido el post.