Hola,
El otro día (una de esas desgracias que pasan) mientras hacía zapping me detuve en Telemadrid. La culpable fue Ayanta Barilli, la hija de Sánchez Dragó que, a pesar de los genes, tiene su punto. Por desgracia estaba acompañada del padre. Luego leí que era el estreno de un nuevo programa llamado Dragolandia o algo así. Ayanta y su progenitor charlaban amigablemente.
- ¿Te acuerdas -dijo Sánchez Dragó- del viaje que hicimos con tus nietos a Thailandia?
Ayanta le miró con cara de "papá, tanto ginseng y tanta viagra comienzan a afectarte el cerebro: no eran mis nietos sino los tuyos y, por mucho que te empeñes en ser eternamente joven y por mucho rollo tantra que te gastes, aquí el único abuelo eres tú". El amojamado presentador rectificó y trató de hacer una gracia al respecto. Luego empezó a contar el viaje a Thailandia. "Bangkok -dijo- es la segunda mejor ciudad del mundo". En ese punto tú te preguntas cuál será la primera: ¿Nueva York, quizás Londres, Roma, París, Berlín...? Entonces terminó la frase: "la segunda después de Laos". ¿Laos? No te tires el rollo Fernando, que da igual, que nos vas a seguir pareciendo un gilipollas. ¿De verdad ha dicho Laos?
Sánchez Dragó es de esos que te explican que él no es un turista, sino un viajero, uno de esos que empiezan a contarte sus batallitas con frases como "mis ojos de viajero infatigable...". Pero no. Resígnate. ¿Tú cómo llegas a los sitios... a nado o en avión, como todo el mundo? Entonces, por mucho que te empeñes, eres tan turista como el resto de los mortales e incluso tiendo a pensar que abres tu correspondencia con una espada en miniatura en la se lee: "Recuerdo de Toledo".
El programa continúa y nos ponen un vídeo del presentador en Thailandia. Habla sobre la cercanía de la gente, sobre las relaciones humanas, sobre el yin y el yang y sobre alguna que otra monserga parecida. Luego aparece descendiendo del taxi en la puerta del Hotel Oriental, un hotelazo de cinco estrellas donde ha reservado una suite de lujo a cuenta de todos los madrileños. "En éste mítico hotel -explica-, las suites conservan los nombres de las personalidades que un día se hospedaron en ellas. Yo he reservado la Joseph Conrad, un lugar por el que ha pasado un gran número de escritores famosos y que ahora acoge al último de todos ellos: Dragó". Siento unas inmensas ganas de vomitar.
Luego le vemos entrando en la habitación, cogiendo un libro, y haciendo como que lee. Eso sí que no, Fernando. Ahí te hemos pillado. Cuando alguien entra en una suite como la "Joseph Conrad" del Hotel Oriental de Bangkok, lo primero que hace no es ponerse a leer en la cama sino abalanzarse sobre el minibar y, en tu caso, con mucho más motivo. No me creo nada de este programa. Vuelvo a zappear.
Besos.
Beta
miércoles, 30 de septiembre de 2009
miércoles, 23 de septiembre de 2009
Caballo de Troya
Hola,
Lo he intentado. Tengo venticinco años y durante todo este tiempo he tratado de mantenerme al margen. Me ha sido imposible. Por mucho que yo cambiaba de canal cada vez que aparecían en la televisión, ellos siempre se las arreglaban para volver. Hitler equivocó el objeto de su exterminio, los judíos eran inocentes pero los periodistas deportivos no. Les detesto, les aborrezco, les escupo a la cara casi tanto como si fueran tertulianos de Donde estás corazón pero a ellos parece no afectarles. Han aprendido a aclimatarse y se han inmunizado contra el veneno. Son indestructibles, son como las cucarachas. Llegada a este punto no me queda otra alternativa que cambiar de estrategia. Mi misión es destruirles y voy a hacerlo desde dentro. Soy un caballo de Troya, un virus que les irá socavando despacio hasta que no les quede más remedio que doblar las rodillas, arrepentirse y morir.
Me han ofrecido escribir en Femme Fatale, una revista para lesbianas. Yo me he descolgado diciendo que sí, pero que me gustaría escribir de... deportes. Se han mirado un poco perplejas pero les ha parecido una buena idea.
Sé que será duro, sé que es posible que incluso tenga que verme algún partido de fútbol, pero estoy preparada. Sé que tendré que bucear hasta un submundo en el que la gente se viste con bufandas y camisetas de colores, un submundo donde personajes como Guti concitan la admiración colectiva. Se me pone la piel de gallina solo de pensarlo. Pero tengo esperanzas, mi misión es reconducir al rebaño, dirigirle hasta un acantilado y ver cómo se despeñan desde cien metros de altura como los pinguinos del anuncio de mixta.
Deseadme suerte. El mundo me lo agradecerá.
Besos.
Beta
Pdta: Os pondré al tanto cuando comience a colaborar con ellas (creo que será en octubre).
Lo he intentado. Tengo venticinco años y durante todo este tiempo he tratado de mantenerme al margen. Me ha sido imposible. Por mucho que yo cambiaba de canal cada vez que aparecían en la televisión, ellos siempre se las arreglaban para volver. Hitler equivocó el objeto de su exterminio, los judíos eran inocentes pero los periodistas deportivos no. Les detesto, les aborrezco, les escupo a la cara casi tanto como si fueran tertulianos de Donde estás corazón pero a ellos parece no afectarles. Han aprendido a aclimatarse y se han inmunizado contra el veneno. Son indestructibles, son como las cucarachas. Llegada a este punto no me queda otra alternativa que cambiar de estrategia. Mi misión es destruirles y voy a hacerlo desde dentro. Soy un caballo de Troya, un virus que les irá socavando despacio hasta que no les quede más remedio que doblar las rodillas, arrepentirse y morir.
Me han ofrecido escribir en Femme Fatale, una revista para lesbianas. Yo me he descolgado diciendo que sí, pero que me gustaría escribir de... deportes. Se han mirado un poco perplejas pero les ha parecido una buena idea.
Sé que será duro, sé que es posible que incluso tenga que verme algún partido de fútbol, pero estoy preparada. Sé que tendré que bucear hasta un submundo en el que la gente se viste con bufandas y camisetas de colores, un submundo donde personajes como Guti concitan la admiración colectiva. Se me pone la piel de gallina solo de pensarlo. Pero tengo esperanzas, mi misión es reconducir al rebaño, dirigirle hasta un acantilado y ver cómo se despeñan desde cien metros de altura como los pinguinos del anuncio de mixta.
Deseadme suerte. El mundo me lo agradecerá.
Besos.
Beta
Pdta: Os pondré al tanto cuando comience a colaborar con ellas (creo que será en octubre).
lunes, 21 de septiembre de 2009
Crisis
Hola,
He ido al mercado. Me gusta ir al mercado a pesar de que las viejas se me intentan colar y de que el de la pollería me mira con cara de "ven y mira qué género más fresco te tengo aquí guardado debajo del mostrador". Mis puestos favoritos son las pescaderías. Me gusta ver a los pececitos con sus bocas abiertas y sus ojitos saltones. Además he aprendido que para que un pescado esté bueno las agallas deben estar rojas y los ojos no tienen que darte la sensación de que el pez ha tenido cataratas. Decidir qué comprar es todo un dilema. Las doradas y las lubinas no me acaban de convencer porque me parece que no tienen personalidad. Son todas iguales, alineadas como soldados en una parada militar. Las pescadillas no me gustan demasiado porque muchas tienen ladillas, quiero decir, anisakis. El salmón está bien pero suele venir sin cabeza y a mí no me gustan los pescados que no son capaces de mirarte a los ojos. No sé, no me fio de ellos. Las sardinas son puro proletariado y, después de manifestarse, te dejan un olor en la cocina que no se va en semanas. Así que he ido al mercado y me he lanzado al mundo del crustáceo.
- ¿Eso que es?
- Buey de mar.
- ¿Y porqué sólo cuesta 5,99?
- Porque está de oferta.
- ¿Y cómo se hace?
- Como está vivo lo metes en una cazuela con agua fría y sal. Cuando empieza a hervir cuentas catorce minutos y ya está.
- (Sí, todo lo vivo que tu quieras pero no se mueve nada) Vale, pues me lo llevo. Y ponme también unos mejillones.
Llego a casa, saco la bolsa de la compra y ante mis perplejos ojos se produce la resurreción del buey. Primero parpadea, luego hace pompas y mueve las patitas.
- ¿Pero qué es eso?
- Un buey de mar que acaba de resucitar.
- ¡Se mueve!
- Sí, es alucinante.
- Me está mirando.
- Eso es porque vas en bragas.
Entonces el buey de mar se arranca a hablar: "Perdonen que interrumpa esta conversación pero ¿alguien podría decirme en qué dirección queda el mar más cercano?"
Nos miramos perplejas. Lo tiene jodido, Valencia queda a más de trescientos kilómetros y además yo he pagado por él y no pienso dejarle ir.
- ¿Y nos lo vamos a comer?
- Claro.
- A mí me da pena. Espera que le pongo un mejillón a ver si juegan juntos.
- Deberíamos ponerle un nombre... no sé, Lázaro quizás, ¿no dices que ha resucitado?
- No pienso ponerle nombre a un animal que nos vamos a comer.
- Lazarito bonito, ven con la tita Mari.
- Tu estás "pa allá".
El buey mira a su alrededor con desconfianza. Enseña sus pinzas amenazadoras pero sus movimientos son torpes. Le alcanzo por detrás y le meto en la cazuela de agua salada.
- ¡Tita Mari, tita Mari, qué hace esta loca! ¡Haz algo!
Le explico que no es nada personal, que es puro darwinismo, que tengo la suerte de pertenecer a una especie que ha sabido evolucionar mientras él, sin embargo, se ha quedado en el pleistoceno. Enciendo el fuego, el agua se calienta y el animal comienza a ponerse colorado.
- No puedo ver esto.
- Nena, esto no es nada al lado de El Anticristo de Lars Von Trier.
- No tienes sentimientos.
- Sí tengo. Tengo sentimientos... y hambre.
Las últimas palabras del buey son: "me cago en la puta crisis". Tiene razón, en las crisis siempre hay quien gana y quien pierde. A él se le acaba de llevar por delante pero yo, gracias a esta inflacción negativa, estoy delante de un plato de marisco.
El calor ha hecho que se le caigan las patas. Intento no pensar en ello. No soy judía, no pienso sentirme culpable. La "tita Mari" tampoco. Si me descuido me deja sin nada.
Después de esto, de postre, media tableta de chocolate.
Besos.
Beta
He ido al mercado. Me gusta ir al mercado a pesar de que las viejas se me intentan colar y de que el de la pollería me mira con cara de "ven y mira qué género más fresco te tengo aquí guardado debajo del mostrador". Mis puestos favoritos son las pescaderías. Me gusta ver a los pececitos con sus bocas abiertas y sus ojitos saltones. Además he aprendido que para que un pescado esté bueno las agallas deben estar rojas y los ojos no tienen que darte la sensación de que el pez ha tenido cataratas. Decidir qué comprar es todo un dilema. Las doradas y las lubinas no me acaban de convencer porque me parece que no tienen personalidad. Son todas iguales, alineadas como soldados en una parada militar. Las pescadillas no me gustan demasiado porque muchas tienen ladillas, quiero decir, anisakis. El salmón está bien pero suele venir sin cabeza y a mí no me gustan los pescados que no son capaces de mirarte a los ojos. No sé, no me fio de ellos. Las sardinas son puro proletariado y, después de manifestarse, te dejan un olor en la cocina que no se va en semanas. Así que he ido al mercado y me he lanzado al mundo del crustáceo.
- ¿Eso que es?
- Buey de mar.
- ¿Y porqué sólo cuesta 5,99?
- Porque está de oferta.
- ¿Y cómo se hace?
- Como está vivo lo metes en una cazuela con agua fría y sal. Cuando empieza a hervir cuentas catorce minutos y ya está.
- (Sí, todo lo vivo que tu quieras pero no se mueve nada) Vale, pues me lo llevo. Y ponme también unos mejillones.
Llego a casa, saco la bolsa de la compra y ante mis perplejos ojos se produce la resurreción del buey. Primero parpadea, luego hace pompas y mueve las patitas.
- ¿Pero qué es eso?
- Un buey de mar que acaba de resucitar.
- ¡Se mueve!
- Sí, es alucinante.
- Me está mirando.
- Eso es porque vas en bragas.
Entonces el buey de mar se arranca a hablar: "Perdonen que interrumpa esta conversación pero ¿alguien podría decirme en qué dirección queda el mar más cercano?"
Nos miramos perplejas. Lo tiene jodido, Valencia queda a más de trescientos kilómetros y además yo he pagado por él y no pienso dejarle ir.
- ¿Y nos lo vamos a comer?
- Claro.
- A mí me da pena. Espera que le pongo un mejillón a ver si juegan juntos.
- Deberíamos ponerle un nombre... no sé, Lázaro quizás, ¿no dices que ha resucitado?
- No pienso ponerle nombre a un animal que nos vamos a comer.
- Lazarito bonito, ven con la tita Mari.
- Tu estás "pa allá".
El buey mira a su alrededor con desconfianza. Enseña sus pinzas amenazadoras pero sus movimientos son torpes. Le alcanzo por detrás y le meto en la cazuela de agua salada.
- ¡Tita Mari, tita Mari, qué hace esta loca! ¡Haz algo!
Le explico que no es nada personal, que es puro darwinismo, que tengo la suerte de pertenecer a una especie que ha sabido evolucionar mientras él, sin embargo, se ha quedado en el pleistoceno. Enciendo el fuego, el agua se calienta y el animal comienza a ponerse colorado.
- No puedo ver esto.
- Nena, esto no es nada al lado de El Anticristo de Lars Von Trier.
- No tienes sentimientos.
- Sí tengo. Tengo sentimientos... y hambre.
Las últimas palabras del buey son: "me cago en la puta crisis". Tiene razón, en las crisis siempre hay quien gana y quien pierde. A él se le acaba de llevar por delante pero yo, gracias a esta inflacción negativa, estoy delante de un plato de marisco.
El calor ha hecho que se le caigan las patas. Intento no pensar en ello. No soy judía, no pienso sentirme culpable. La "tita Mari" tampoco. Si me descuido me deja sin nada.
Después de esto, de postre, media tableta de chocolate.
Besos.
Beta
lunes, 14 de septiembre de 2009
Ciencia al cubo
Hola,
Mi "prima" América, que de ciencia sabe un rato, me hace llegar un curioso estudio publicado por la prestigiosa revista Science Connection. El estudio narra el experimento realizado con tres diferentes primates puestos ante una situación similar.
El primero de los primates es un Mandrillus Sphinx procedente de Guinea al que se introduce en una cabina en la que unicamente hay dos objetos: un tetrabrik con zumo de plátano (con la fotografía de un plátano en la caja) y unas tijeras.
El segundo de los primates es María Dolores de Cospedal, a quien se introduce en una cabina idéntica a la del mandril pero en su tetrabrik aparece la foto de un rodaballo salvaje con ratatouille de verduras y salsa cabernet sauvignon de piñones (que fue uno de los platos que se sirvieron en su reciente boda). Además del tetrabrik la Cospedal también dispone de unas tijeras.
El tercer primate es José Blanco. Dispone de un tetrabrik con la foto de un pulpo a feira y, al igual que sus compañeros de experimento, unas tijeras.
El Mandrillus Sphinx observa el tetrabrik con atención. Lo coge en sus manos. Lo huele. Hace ademán de querer coger el plátano de la fotografía sin darse cuenta de que no es más que una imagen. Luego inspecciona las tijeras. Se pincha accidentalmente con ellas y las lanza al suelo con rabia. Vuelve a coger el tetrabrik. Lo araña. Se rasca la cabeza. Arroja el tetrabrik contra los cristales de la cabina llevado por un sentimiento de frustación. Pero el deseo de comerse el plátano es mayor y recoge nuevamente el tetrabrik. Intenta pelarlo como si se tratara de un plátano verdadero y, finalmente, casi de un modo accidental, logra hacer un pequeño orificio en el envase por el que succiona todo el zumo del interior. Una vez que se ha bebido todo el líquido eructa y deja caer el tetrabrik vacío al suelo. Se hace una paja. En todo el proceso ha invertido siete minutos y venticuatro segundos.
En la cabina número dos María Dolores de Cospedal observa con extrañeza la caja. La inspecciona. Hace lo mismo con las tijeras. Se lleva las tijeras al oído como si tratara de escuchar algo en su interior. Se rasca la cabeza. Abre y cierra las tijeras con cara de asombro. Se sienta sobre el tetrabrik y sigue jugando con las tijeras. Se incorpora. Examina la cabina en busca, posiblemente, de micrófonos ocultos. Al no encontrar nada pone cara de resignación. Parece haberse olvidado del tetrabrik y de las tijeras. Emite sonidos incomprensibles y gimotea como si fuera a llorar. Se pone de rodillas en el suelo e intenta dar la voltereta sin conseguirlo. Al intentarlo, la falda que viste no impide que todos podamos ver las bragas de punto que lleva puestas. Se tumba en el suelo, pone su cabeza sobre el tetrabrik y se queda dormida. Ha invertido treinta y cinco minutos y no ha conseguido abrir el tetrabrik.
En la tercera cabina José Blanco mira el tetrabrik como si se tratara de una bomba que puede estallar en cualquier momento. Se aproxima lentamente a él y le da una patada. No explota. Vuelve a aproximarse con cara de curiosidad. Le da un ligero empujoncito esperando alguna reacción por parte del tetrabrik que, evidentemente, no se produce. Luego lo coge. Se lo aproxima a la nariz. Lo huele y lo observa con sus ojos miopes. Pasados once minutos identifica el pulpo de la fotografía y parece excitarse. Escudriña la caja sin llegar a ninguna conclusión. Comienza a lamer la fotografía del pulpo a feira. Lame cada vez con mayor convicción. Cuanto más lame más exultante parece. Tras quince minutos de lametones abraza el tetrabrik y emite un gruñido que, gracias al potente traductor primate/humano humano/primate diseñado por el semiólogo austriaco Günter Reinhardt Strauss, sabemos que significa "mi tesoroooo". Muestra los colmillos en actitud defensiva y esconde el tetrabrik entre sus manos. Duración del experimento cincuenta y siete minutos y catorce segundos.
Según la prestigiosa revista Science Connection el Mandrillus Sphinx fue el único de los tres primates analizados que consiguió comerse el contenido del tetrabrik (y eso que previamente al experimento todos ellos habían sido sometidos a cuatro días de ayuno absoluto).
Este y otros interesantísimos experimentos científicos (un poquito más serios, la verdad) podéis escucharlos en Ciencia al Cubo, el estupendo microespacio de América en Radio 5.
Besos.
Beta
Mi "prima" América, que de ciencia sabe un rato, me hace llegar un curioso estudio publicado por la prestigiosa revista Science Connection. El estudio narra el experimento realizado con tres diferentes primates puestos ante una situación similar.
El primero de los primates es un Mandrillus Sphinx procedente de Guinea al que se introduce en una cabina en la que unicamente hay dos objetos: un tetrabrik con zumo de plátano (con la fotografía de un plátano en la caja) y unas tijeras.
El segundo de los primates es María Dolores de Cospedal, a quien se introduce en una cabina idéntica a la del mandril pero en su tetrabrik aparece la foto de un rodaballo salvaje con ratatouille de verduras y salsa cabernet sauvignon de piñones (que fue uno de los platos que se sirvieron en su reciente boda). Además del tetrabrik la Cospedal también dispone de unas tijeras.
El tercer primate es José Blanco. Dispone de un tetrabrik con la foto de un pulpo a feira y, al igual que sus compañeros de experimento, unas tijeras.
El Mandrillus Sphinx observa el tetrabrik con atención. Lo coge en sus manos. Lo huele. Hace ademán de querer coger el plátano de la fotografía sin darse cuenta de que no es más que una imagen. Luego inspecciona las tijeras. Se pincha accidentalmente con ellas y las lanza al suelo con rabia. Vuelve a coger el tetrabrik. Lo araña. Se rasca la cabeza. Arroja el tetrabrik contra los cristales de la cabina llevado por un sentimiento de frustación. Pero el deseo de comerse el plátano es mayor y recoge nuevamente el tetrabrik. Intenta pelarlo como si se tratara de un plátano verdadero y, finalmente, casi de un modo accidental, logra hacer un pequeño orificio en el envase por el que succiona todo el zumo del interior. Una vez que se ha bebido todo el líquido eructa y deja caer el tetrabrik vacío al suelo. Se hace una paja. En todo el proceso ha invertido siete minutos y venticuatro segundos.
En la cabina número dos María Dolores de Cospedal observa con extrañeza la caja. La inspecciona. Hace lo mismo con las tijeras. Se lleva las tijeras al oído como si tratara de escuchar algo en su interior. Se rasca la cabeza. Abre y cierra las tijeras con cara de asombro. Se sienta sobre el tetrabrik y sigue jugando con las tijeras. Se incorpora. Examina la cabina en busca, posiblemente, de micrófonos ocultos. Al no encontrar nada pone cara de resignación. Parece haberse olvidado del tetrabrik y de las tijeras. Emite sonidos incomprensibles y gimotea como si fuera a llorar. Se pone de rodillas en el suelo e intenta dar la voltereta sin conseguirlo. Al intentarlo, la falda que viste no impide que todos podamos ver las bragas de punto que lleva puestas. Se tumba en el suelo, pone su cabeza sobre el tetrabrik y se queda dormida. Ha invertido treinta y cinco minutos y no ha conseguido abrir el tetrabrik.
En la tercera cabina José Blanco mira el tetrabrik como si se tratara de una bomba que puede estallar en cualquier momento. Se aproxima lentamente a él y le da una patada. No explota. Vuelve a aproximarse con cara de curiosidad. Le da un ligero empujoncito esperando alguna reacción por parte del tetrabrik que, evidentemente, no se produce. Luego lo coge. Se lo aproxima a la nariz. Lo huele y lo observa con sus ojos miopes. Pasados once minutos identifica el pulpo de la fotografía y parece excitarse. Escudriña la caja sin llegar a ninguna conclusión. Comienza a lamer la fotografía del pulpo a feira. Lame cada vez con mayor convicción. Cuanto más lame más exultante parece. Tras quince minutos de lametones abraza el tetrabrik y emite un gruñido que, gracias al potente traductor primate/humano humano/primate diseñado por el semiólogo austriaco Günter Reinhardt Strauss, sabemos que significa "mi tesoroooo". Muestra los colmillos en actitud defensiva y esconde el tetrabrik entre sus manos. Duración del experimento cincuenta y siete minutos y catorce segundos.
Según la prestigiosa revista Science Connection el Mandrillus Sphinx fue el único de los tres primates analizados que consiguió comerse el contenido del tetrabrik (y eso que previamente al experimento todos ellos habían sido sometidos a cuatro días de ayuno absoluto).
Este y otros interesantísimos experimentos científicos (un poquito más serios, la verdad) podéis escucharlos en Ciencia al Cubo, el estupendo microespacio de América en Radio 5.
Besos.
Beta
miércoles, 9 de septiembre de 2009
¿Manicura o suicidio?
Hola,
Hoy tocaba un post con imagen y encuesta, pero la foto en cuestión lleva dos días en todos los periódicos y me han entrado dudas. La imagen en cuestión es esta.
Y la pregunta era si se podía entonar la internacional, puño en alto, cuando se lleva hecha la manicura francesa. Mi opinión es que no se puede, pero no tanto por el puño como por la manicura, que me parece de un "belenestebanismo" atroz, ¿mentiendes Aido?
Lo de Leyre Pajín resulta básicamente curioso ya que, evidentemente, no está cantando la internacional sino Europe´s living a celebration con la esperanza de conseguir los clásicos doce puntos de Portugal en Eurovisión.
Pero claro, resulta que ayer aparece Lady Juanetes...
... y empieza a desvariar, y me trastoca los planes. Porque ahora, más allá de manicuras, mi única duda es ¿cuál es el mejor método para suicidarme?
Besos.
Beta
Hoy tocaba un post con imagen y encuesta, pero la foto en cuestión lleva dos días en todos los periódicos y me han entrado dudas. La imagen en cuestión es esta.
Y la pregunta era si se podía entonar la internacional, puño en alto, cuando se lleva hecha la manicura francesa. Mi opinión es que no se puede, pero no tanto por el puño como por la manicura, que me parece de un "belenestebanismo" atroz, ¿mentiendes Aido?
Lo de Leyre Pajín resulta básicamente curioso ya que, evidentemente, no está cantando la internacional sino Europe´s living a celebration con la esperanza de conseguir los clásicos doce puntos de Portugal en Eurovisión.
Pero claro, resulta que ayer aparece Lady Juanetes...
... y empieza a desvariar, y me trastoca los planes. Porque ahora, más allá de manicuras, mi única duda es ¿cuál es el mejor método para suicidarme?
Besos.
Beta
lunes, 7 de septiembre de 2009
El financier
Hola,
Se ha casado la Cospedal, y lo ha hecho en un cigarral toledano. ¿Qué coño es un cigarral? ¿Un sitio donde se fuma? El diccionario me lo aclara:
cigarral.
(De cigarra).
1. m. Casa de recreo y huerto que la rodea, en los alrededores de Toledo y con vistas a la ciudad.
Creo que si alguna vez me casara no sería en el campo. El campo forma parte del mito de los orígenes pero ya se sabe que a mí los orígenes no me interesan nada. Creo que el ser humano hizo bien abandonando el campo y creando ciudades en las que vivir. El denostado asfalto es muy cómodo para andar (siempre que no esté Gallardón cerca, claro). Además el campo está lleno de bichos y yo no soy como Dalí, a quien le gustaba que las moscas se le posaran en el bigote. El campo es una horterada. Dalí era un hortera. Y la Cospedal otra.
En El País publican el menú de la boda. Corto y pego:
"El menú nupcial ha tenido como primer plato una vichychoisse con calabacines rellenos de queso y langosta; de segundo, un rodaballo salvaje con ratatouille de verduras y salsa cabernet sauvignon de piñones y un financier (pastelito) de almendras con crema de queso fresco y fresas del bosque. De postre, mousse de chocolate blanco y crema de helado, y la tradicional tarta nupcial. Todo ello regado con vino blanco Viñas del Vero Gewurztraminer y tinto Summa Varietalis".
¿Esto es un menú o un parte de guerra?
- ¿Servimos ya el pescado, señora Cospedal?
- El pescado no, el rodaballo salvaje.
- ¿Y el financier?
- El financier es mi marido, que se dedica a ese mundo.
- No señora, me refiero al pastelito de almendras con crema de queso y fresas del bosque.
- ¿De qué bosque? Si me das la información, al menos, dámela completa.
¿Ustedes dejarían que esta panda de relamidos decidieran sobre la educación de sus hijos? ¿Dejarían que decidieran cómo ha de ser el mundo que a todos ustedes les toca habitar? A mí me recuerdan a los protagonistas de "El ángel exterminador". No sé porqué.
Besos.
Beta
Se ha casado la Cospedal, y lo ha hecho en un cigarral toledano. ¿Qué coño es un cigarral? ¿Un sitio donde se fuma? El diccionario me lo aclara:
cigarral.
(De cigarra).
1. m. Casa de recreo y huerto que la rodea, en los alrededores de Toledo y con vistas a la ciudad.
Creo que si alguna vez me casara no sería en el campo. El campo forma parte del mito de los orígenes pero ya se sabe que a mí los orígenes no me interesan nada. Creo que el ser humano hizo bien abandonando el campo y creando ciudades en las que vivir. El denostado asfalto es muy cómodo para andar (siempre que no esté Gallardón cerca, claro). Además el campo está lleno de bichos y yo no soy como Dalí, a quien le gustaba que las moscas se le posaran en el bigote. El campo es una horterada. Dalí era un hortera. Y la Cospedal otra.
En El País publican el menú de la boda. Corto y pego:
"El menú nupcial ha tenido como primer plato una vichychoisse con calabacines rellenos de queso y langosta; de segundo, un rodaballo salvaje con ratatouille de verduras y salsa cabernet sauvignon de piñones y un financier (pastelito) de almendras con crema de queso fresco y fresas del bosque. De postre, mousse de chocolate blanco y crema de helado, y la tradicional tarta nupcial. Todo ello regado con vino blanco Viñas del Vero Gewurztraminer y tinto Summa Varietalis".
¿Esto es un menú o un parte de guerra?
- ¿Servimos ya el pescado, señora Cospedal?
- El pescado no, el rodaballo salvaje.
- ¿Y el financier?
- El financier es mi marido, que se dedica a ese mundo.
- No señora, me refiero al pastelito de almendras con crema de queso y fresas del bosque.
- ¿De qué bosque? Si me das la información, al menos, dámela completa.
¿Ustedes dejarían que esta panda de relamidos decidieran sobre la educación de sus hijos? ¿Dejarían que decidieran cómo ha de ser el mundo que a todos ustedes les toca habitar? A mí me recuerdan a los protagonistas de "El ángel exterminador". No sé porqué.
Besos.
Beta
jueves, 3 de septiembre de 2009
¡¡Cosmogonía!!
Hola,
Me río. Me parto. Me descojono. Un día un tipo llamado Jacobo Zabludowski llegó hasta Port Lligat con la pretensión de entrevistar a Dalí. El pintor, a quien la publicidad gustaba tanto como a un tonto una tiza, accedió al encuentro. He aquí el resultado.
Varias cosas:
1.- Este es el primer caso de "paparazzi tomatero", el primer caso de un entrevistador inasequible al desaliento, de esos que utilizan el micro como un arma defensiva ante la que se les viene encima.
2.- Increíblemente, el tal Zabludowski, consiguió hacer carrera como periodista y, con el paso de los años, se convirtió en el presentador estrella de los informativos de Televisa.
3.- Zabludowski es una muestra más de que el Darwinismo tiene sus fallas, y que, en ocasiones, los débiles mentales, los incapaces, el individuo más débil de la manada, consigue sobrevivir a otros que aparentemente parecerían más fuertes.
4.- A Dalí se le iba la pinza.
5.- Atención a la observación de Zabludowski cuando, transcurrido un minuto cuarenta y cinco segundos del primer video, Dalí comenta que la fuente de su genio se encuentra en "la estructura molecular del ácido desoxiribonucleico", es uno de los grandes momentos de la televisión mundial y no exagero un pelo.
Por si no ha sido suficiente aquí va la segunda parte. Atención a la pericia de Zabludowski cuando Dalí se lo intenta quitar de encima transcurridos minuto y medio de video. Y sobre todo, atención en el minuto siete cuando el audaz Zabludowski, que acaba de reconocer que él, inteligencia poca, realiza la pregunta: "maestro ¿en qué se realiza mejor su genio? ¿en la pintura? ¿en la escultura? ¿en el grabado?".
Y Zabludowski el "tangólogo", que no se rinde.
No me deis las gracias.
Besos.
Beta
Me río. Me parto. Me descojono. Un día un tipo llamado Jacobo Zabludowski llegó hasta Port Lligat con la pretensión de entrevistar a Dalí. El pintor, a quien la publicidad gustaba tanto como a un tonto una tiza, accedió al encuentro. He aquí el resultado.
Varias cosas:
1.- Este es el primer caso de "paparazzi tomatero", el primer caso de un entrevistador inasequible al desaliento, de esos que utilizan el micro como un arma defensiva ante la que se les viene encima.
2.- Increíblemente, el tal Zabludowski, consiguió hacer carrera como periodista y, con el paso de los años, se convirtió en el presentador estrella de los informativos de Televisa.
3.- Zabludowski es una muestra más de que el Darwinismo tiene sus fallas, y que, en ocasiones, los débiles mentales, los incapaces, el individuo más débil de la manada, consigue sobrevivir a otros que aparentemente parecerían más fuertes.
4.- A Dalí se le iba la pinza.
5.- Atención a la observación de Zabludowski cuando, transcurrido un minuto cuarenta y cinco segundos del primer video, Dalí comenta que la fuente de su genio se encuentra en "la estructura molecular del ácido desoxiribonucleico", es uno de los grandes momentos de la televisión mundial y no exagero un pelo.
Por si no ha sido suficiente aquí va la segunda parte. Atención a la pericia de Zabludowski cuando Dalí se lo intenta quitar de encima transcurridos minuto y medio de video. Y sobre todo, atención en el minuto siete cuando el audaz Zabludowski, que acaba de reconocer que él, inteligencia poca, realiza la pregunta: "maestro ¿en qué se realiza mejor su genio? ¿en la pintura? ¿en la escultura? ¿en el grabado?".
Y Zabludowski el "tangólogo", que no se rinde.
No me deis las gracias.
Besos.
Beta
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