Hola,
Sí, lo confieso. Los internautas españoles somos una pandilla de cafres. Vale, puede que los que se limitan a tener una cuenta de correo para mandar mensajitos a sus primos de Albacete no lo sean, pero los blogueros, los que se dejan los ojos viendo porno hasta las cuatro de la mañana, los que se hacen pasar por emprendedores de lo digital, los programadores, los informáticos con granos 2.0, todos somos una panda de degenerados que nos camuflamos en la red para robar, violar e insultar a honrados ciudadanos como Alejandro Sanz o los hermanos Bardem.
David Bravo, por ejemplo. Tras su apariencia de abogado con gafitas que nunca ha roto un plato desayuna cada día un plato de mollejas... crudas. ¿
Pablo Soto? Pablo Soto tiene un canario amarillo al que ha enseñado a cantar "Litros de alcohol" y con el que cada noche lleva a cabo espectáculos de bestialismo que graba y cuelga en la red para que se los bajen thailandeses depravados. ¿
Los hermanos Encinar? Los hermanos Encinar cuentan con todo un tejido de colaboradores anónimos que se dedica a ir de restaurante en restaurante sustituyendo la sal por azucar en los saleros con el fin de estropearle las comidas a la gente. ¿
Nacho Escolar? ¿Pero es que aún hay alguien que no sabe porqué le echaron de Público? ¿
Fernando Berlín? Es uno de los peores, hay quien le confunde con el hermano bueno de Ricardo Bofill pero, en realidad, muchas noches telefonea a
Hablar por hablar haciéndose pasar por un politoxicómano con instintos suicidas solo para rellenar minutos en el programa de su hermana. Todos, desde el primero hasta el último, estamos cortados por el mismo patrón, somos degenerados con escopeta de mirilla telescópica para hacer tiro al blanco desde la azotea.
Hace un par de semanas la tomamos con Alex de la Iglesia. Le convertimos en el anticristo. Había motivos para ello. Desde que es presidente de la Academia ha perdido más de treinta kilos, se folla a Carolina Bang y sus películas reciben quince nominaciones en los Goya. Comenzamos su linchamiento. Como si se tratara de un personaje de
Balada triste, le arrojamos al centro del escenario con el culo al aire y comenzamos a lanzarle objetos. Cuando pensábamos que la humillación había sido suficiente Alex levantó su mirada ensangrentada y dejó escapar una sonrisa de malo de película que nos heló la sangre. ¡Soy Alex de la Iglesia! -gritó-. Yo rodé
Acción mutante, y
Mirindas asesinas, y
El día de la bestia, y
Perdita Durango. Soltó una carcajada que hizo estremecerse el escenario. ¿Con quién pensabais que estabais tratando? ¿Me habíais tomado por Garci? ¡Yo disfruto con todo esto, con la sangre, con el gore, con la humillación, con la exhibición de la miseria! ¿Es que acaso no habéis visto mis películas? ¡Soy uno de los vuestros. Dadme un arma y vamos a patear el culo de Alejandro Sanz! ¡Al ataque!
Besos.
Beta