Transcripción oficial
de la declaración de SAR Infanta Cristina de Borbón
con motivo de la causa Palma Arena
José Castro, Juez.- Buenos
días, comenzamos la toma de declaración. Se abre el turno de preguntas de la
fiscalía.
Fiscal.- Con la venia. Seré breve. Alteza... ¿está usted
bien?
Cristina de Borbón.- Sí.
Fiscal.- No hay más preguntas. Creo que ha quedado claro que
Su Alteza Real no tenía constancia de las maniobras de su marido al frente del
Instituto Noos objeto de la presente causa.
Juez.- Bien. Es el turno de la acusación particular.
Abogado Manos Limpias.- Con la venia. Es usted Cristina
de...
Abogado Defensor.- ¡Protesto!
Juez.- ¿Por qué? Si todavía no ha formulado la pregunta...
A.D.- Más vale prevenir.
Juez.- Denegada. Dejemos que la acusación formule las
preguntas que considere oportunas.
A.D.- ¡Protesto!
Juez.- ¿Por qué?
A.D.- Por
animadversión manifiesta, señoría, si continúa usted permitiendo semejante
interrogatorio nos veremos en la obligación de pedir su recusación.
Juez.- Señor Roca, está usted en su derecho de solicitar mi
recusación pero no de impedir que la acusación formule las preguntas que
considere oportunas. La acusada tiene la potestad de declarar o no hacerlo pero
este juez tiene la obligación de permitir el desempeño de las partes. Así que
le ruego que permita a la acusación particular formular las preguntas que
considere oportunas.
A.M.L.- Bien, repito
la pregunta... ¿es usted Doña Cristina
de Borbón?
Juez.- A ver abogado, es evidente que es Doña Cristina de
Borbón, no entiendo a dónde quiere ir con esa pregunta.
A.M.L.- Señoría estoy intentando determinar si la acusada es
la lista o la tonta de las infantas porque si es la tonta nos podríamos creer
que no se enteraba de los chanchullos de su marido, pero si es la lista...
A.D.- ¡Protesto! No se está juzgando el coeficiente
intelectual de mi defendida.
Juez.- Señores, esto
es un sin Dios así que me parece que voy a tomar yo las riendas del
interrogatorio. ¿Estaba usted al corriente de las actividades de la empresa
Aizoon de la que era propietaria?
C.d.B.- ¿Ein?
Juez.- ¿Perdone?
C.d.B.- Eeeeestoooo ¿me podría repetir la pregunta?
Juez.- Que si estaba usted al corriente de las actividades
de la empresa Aizoon de la que era socia junto a su marido el señor Urdangarín.
C.d.B.- ¿Pero a qué se refiere exactamente?
Juez.- ¿Conocía usted, por ejemplo, el contrato de
arrendamiento de su casa de Pedralbes a la empresa Aizoon en el que usted
figura como arrendadora y arrendataria?
C.d.B.- ¿Me lo repite?
Juez.- Que si conocía usted el contrato de arrendamiento de
su casa de Pedralbes a la empresa Aizoon.
C.d.B.- Me creo que no.
Juez.- Pero es su firma la que aparece, ¿no?
C.d.B.- No lo sé. ¿Puedo verlo?
(Un funcionario acerca a la infanta el documento a la
infanta y se lo muestra. Ella lo observa y no dice nada)
Juez.- ¿Es esa su firma?
C.d.B.- ¿Esta de aquí?
Juez.- Sí, la única que hay.
C.d.B.- Se trae un aire a la mía pero no estoy segura.
Juez.- ¿Me está usted diciendo que no firmó usted ese
documento?
(La infanta mira a sus abogados y rompe a llorar)
A.D.- ¡Ve usted lo que ha conseguido! Su alteza ha venido
aquí a colaborar con la justicia y ¿es así es como usted se lo agradece?
Señoría, le pido humildemente que no someta a mi defendida a semejante trato
vejatorio.
Juez.- ¿Realizó usted compras personales a cargo de la
tarjeta de la empresa Aizoon?
A.D.- Señoría, ¿es esto necesario?
Juez.- Me temo que sí.
A.D.- Alteza, tranquilícese. A ver, ¿qué hemos quedado que
había que responder si el juez nos preguntaba por la tarjeta?
C.d.B.- No me acuerdo.
A.D.- Lo de Iñaqui... que esas compras las hacía...
C.d.B.- ¿Que las hacía él?
A.D.- Muy bien.
Juez.- Pero al parecer había tarjetas de crédito a nombre de
usted y de su marido y esas compras están hechas con la tarjeta que estaba a su
nombre.
A.D.- Señoría lo que mi defendida quiere decir es que tanto
la emisión de esa tarjeta como las compras que se hicieron con ella fueron
parte de una estrategia del señor Diego Torres para quebrantar la monarquía
española. Se lo digo con conocimiento de causa y como ponente que fui de la
Constitución incluido su título segundo.
A.M.L.- ¡Protesto!
Juez.- ¿Por?
A.M.L.- Divagatoria.
Juez.- ¡Jesús! Señores letrados me gustaría recordarles que
esto no es ni un juicio ni una película norteamericana de las que le gustan al
fiscal...
Fiscal.- Gracias señoría.
Juez.- ... Sino que esto no es más que la toma de
declaración a una imputada y que aún estamos en la fase de instrucción.
C.d.B.- Señor, tengo pis.
Juez.- ¿Cómo?
A.D.- Señoría mi defendida solicita permiso para ir al baño.
Juez.- Hacemos un receso de cinco minutos.
(Diez minutos después se reanuda la toma de declaración.
Vuelve a ser el juez quien haga uso de la palabra).
Juez.- Quisiera saber si, además de firmar la cuentas o
hacer uso de la tarjeta de Aizoon estaba usted al corriente de las actividades
de la empresa.
C.d.B.- De las actividades no. Yo siempre he confiado en mi
marido.
Juez.- Me quiere
decir usted que cuando su marido, en nombre de Aizoon firmó contratos en el
Palacio de Pedralbes ¿lo hizo sin que usted se enterara de nada?
C.d.B.- De nada señoría. Se lo juro.
Juez.- Tampoco sabe nada de la reunión de su marido, su
padre, la alcaldesa de Valencia ni el presidente de la Comunidad Valenciana, el
señor Camps.
C.d.B.- No sé quiénes son esas personas.
Juez.- ¿No sabe quién es su padre?
C.d.B.- No a ciencia cierta. Ya sabe que la familia Borbón
siempre ha sido un putiferio.
Juez.- ¿Era usted conocedora del hecho de que la empresa
Aizoon, la empresa de la que usted era dueña al cincuenta por ciento, servía
para blanquear dinero público procedente del Instituto Noos?
C.d.B.- Uy no, no. ¿Cómo iba yo a saber esas cosas?
Juez.- Pues porque firmaba las cuentas.
C.d.B.- ¿Seguro que era yo?
Juez.- Sí.
C.d.B.- No me acuerdo, la verdad.
Juez.- Pero sí sabrá que en su casa había servicio
doméstico.
C.d.B.- Sí, claro, yo no soy tonta.
Juez.- ¿Y sabía que ese servicio doméstico estaba contratado
por Aizoon?
C.d.B.- Yo nunca me he metido en las cosas particulares de
los criados.
Juez.- ¿Medió usted ante su padre para conseguir contactos
para las actividades de su marido en Aizoon?
C.d.B.- No lo recuerdo.
Juez.- ¿Conoce usted al señor Jaume Matas?
C.d.B.- No, ni idea, así por el nombre no me viene ahora
mismo a la cabeza. Quizás me lo hayan presentado pero a mí me presentan a mucha
gente y no me puedo acordar de todos.
Juez.- ¿Por qué participó usted en la creación de Aizoon si
no iba a tener ninguna participación en la sociedad?
C.d.B.- Ni idea.
Juez.- ¿No sabe por qué creó una empresa que, a la postre
resultó ser una empresa tapadera con fines defraudatorios?
C.d.B.- En este momento no me viene.
Juez.- Es usted consciente que el desconocimiento de las
leyes no exime de su cumplimiento.
C.d.B.- ¿Qué es exime?
Juez.- Disculpa.
C.d.B.- Tranquilo, está usted disculpado.
Juez.- No le he pedido disculpas, le he dicho que exime
significa disculpa.
C.d.B.- ¿De verdad?
Juez.- Sí. ¿Porqué iba yo a engañarla?
C.d.B.- No lo sé, parece usted buena persona pero mi madre
siempre me dice que no debemos fiarnos de las apariencias.
Juez.- Ya veo que hay muchas cosas de las que no se acuerda
pero... ¿se acuerda de algo relacionado con Aizoon?
C.d.B.- No me viene.
Juez.- Esto es como hablarle a las paredes. ¿Los señores del
Frente Cívico tienen alguna pregunta?
F.C.- ¿Dónde está el dinero?
C.d.B.- No lo sé, nosotros ahora vivimos en Suiza y no
tenemos conocimiento de estas cosas.
F.C.- Se lo han llevado a Suiza.
C.d.B.- No le voy a decir ni que sí ni que no.
F.C.- ¿Ha tenido usted la oportunidad de leer los correos de
su marido en los que figuran sus actividades al frente de la empresa Aizoon así
como sus supuestas infidelidades?
C.d.B.- No me ha dado tiempo.
F.C.- ¿Confía usted en su marido?
C.d.B.- Al ciento por ciento. Y todo eso que se ha dicho de
que me ha sido infiel es falso porque cada noche le huelo los calzoncillos a ver
si huelen a choto y nunca se ha dado el caso.
Juez.- Madre mía.
4 comentarios:
Me mondo.
Pero eso de protesto le resta verosimilitud, es demasiado de peli americana.
Cualquier parecido con la realidad es.....PURA VERDAD.
Como siempre, mordaz y genial.
Y todo ello lleva a una cruda pero muy cierta reflexión. El grado de degradación mental que ha mostrado nuestra infanta no es accidental, ha sido el resultado largamente trabajado de docenas de matrimonios entre primos más o menos lejanos durante siglos, mezclándose por tanto una y otra vez los mismos cromosomas para acabar dando como resultado el experimento genético natural que observamos en la actualidad, el conjunto de cuasideficientes mentales que nos reinan con el insigne Borbón a la cabeza. http://diario-de-un-ateo.blogspot.com/2012/04/monarquia-y-sanidad.html
Jaaaajajaja. Lo malo es que seguro que se parece demasiado a la realidad.
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